VALÈNCIA. En un mundo que va a toda prisa y donde no cabe el pensamiento contemplativo, hay que tener siempre a mano una fórmula clave para no desesperarse. Un antídoto para calmar a alguien en tan solo cinco palabras, algo que las aplicaciones del banco tienen bien aprendido con el mensaje de notificación de “ya está aquí tu nómina”, por ejemplo. Aunque para problemas más generales, esos que no se pueden solucionar solo con dinero, existe otra fórmula mágica que es capaz de sacar a cualquiera de un aprieto: “Todo va a salir bien”, una promesa que, aunque no siempre se cumpla, mantiene los nervios a raya al menos durante unas horas. 

Estas cinco palabras son las que presentan la nueva muestra de Gabinete de Dibujos, que hasta el 13 de junio mantienen la promesa abierta ante la desesperación por un mundo que “se nos echa encima” y cuya respuesta está solo entre los lienzos. Para ello la galería prepara una reunión artística entre el artista valenciano Ernesto Casero y el albaceteño Santiago Talavera que comprende el universo que cabe en la frase Todo va a salir bien, tan cercana como a veces desesperante. Tal y como lo explica Casero la frase le ayuda a buscar la solución a los problemas de la vida con el “arte y el camino” tejiendo así un paseo artístico que se rinde a los huecos y los colores pastel para encontrar su relato. 

“Me gusta la idea de pararnos a observar lo que nos rodea y encontrar ahí un sentido único. La frase de Todo va a salir bien ayuda a enmarcar las imágenes y formas que nos rodean y plantea un diálogo interesante”, explica el artista, quien a través de los huecos en sus obras recuerda a las “especies a las que puede echar de menos” y a las personas que dejan un rastro que se muestra como recortado. Junto a la obra de Talavera teje así un mensaje que habla sobre pararse a otear el “paisaje contemporáneo” desde la resiliencia y la calma. Los lienzos coloridos de Talavera y los paisajes huecos de Casero se convierten en un lugar en el que todo cabe y se ansía la calma. 

Desde Gabinete se propone la conversación entre ambos porque conectan en su forma de contemplar el mundo. Tal y como lo explica Casero ambos hablan “de ecología y de espacios, de ahí nace ese diálogo sobre lo que les rodea” por lo que la exposición “tiene una energía parecida”. Como trabajaban desde diferentes ciudades, las primeras conversaciones con Talavera tuvieron lugar vía online donde pusieron en común sus puntos clave para buscar “un espacio en el que las piezas tuvieran resonancia”, aunque cediéndose a la sorpresa de "trabajar cada uno por su cuenta”. Casero expone en Todo va a salir bien sus piezas que hablan sobre los huecos y “troquelados” de su entorno, poniendo atención en la ecología y las especies animales.

“Para mí es un tema que está muy presente, es lo que me mueve. En la ecología y la naturaleza encuentro un diálogo en el que se abren posibles escenarios y futuros que hacen que pensemos también en el pasado que hemos vivido y nuestro presente”. Planteando todos estos escenarios posibles construyen en Todo va a salir bien un lugar en el que el visitante puede tirarse al vacío de los cuadros para averiguar cómo cambia su entorno mientras los seres vivos que le rodean están troquelados o se quedan en tonos blanco y negro, que a veces “pelean” con los otros colores dentro de la sala. 

“Cada uno muestra su estilo y queda más enriquecido con este diálogo. En Gabinete cruza el color con el blanco y negro y los huecos con los lienzos. De forma paralela resulta que hemos decidido tejer hilos dentro de nuestra obra y sin querer conectamos también con eso”, explica Casero sobre ese espacio que comparte con Talavera y que le ayuda a repensar la promesa de que “todo va a salir bien”, y que año tras año -y mirando al mundo que les rodea- cada vez resulta más deprimente. 

Es por ello que la muestra llega en el momento perfecto en el que parece que este mensaje se puede leer de manera contradictoria con todo lo malo que “nos rodea”: “Gabinete plantea este diálogo en un momento muy individualista en el que nadie se para a mirar su entorno. Es importante analizar la destrucción de la naturaleza -por parte del ser humano- y plantearlo desde el arte, es un cambio que tiene que calar en la gente”. Entre los lienzos, y dialogando con la sala, Talavera y la galería, Casero lanza la promesa de que todo irá bien “solo si reflexionamos”, ese pequeño empujón que ayuda al mundo y conecta a las personas, o al menos lo intenta dentro de las cuatro paredes de la galería.