CULTURA

ENTREVISTA

Vicent Peris: "José Castelló y Tárrega era católico, monárquico y liberal, con sentido del progreso"

El profesor Vicent Peris Gorris es el autor de una biografía -fruto de una tesis doctoral- en la que se rescata la destacada figura de José Castelló y Tárrega, hijo de la Vall d'Uixó, periodista y político clave de la Restauración a la II República, clave para entender este periodo histórico en la capital de la Plana.

  • Vicent Peris, en el Jardí dels Sentits de la UJI, con un ejemplar de su libro
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Licenciado en Humanidades y doctor en Historia Contemporánea por la Universitat Jaume I, Vicent Peris Gorris (Almassora, 1980) es profesor de Secundaria en el CEIP Maestro Carlos Selma de la capital de la Plana. En enero de 2024 leyó su tesis, titulada Prensa y política en la vida de José Castelló y Tárrega (1865-1938). Convenientemente resumida pero con el mismo título, ha visto la luz en formato de libro coeditado por la UJI y el Ayuntamiento en la colección UniverCiutat para acercar a los castellonenses a uno de los indudables protagonistas de la historia de la ciudad. A caballo entre los siglos XIX y XX, José Castelló y Tárrega fue una figura sobresaliente del periodismo provincial, como fundador del longevo Heraldo de Castellón -entre otras publicaciones- y asimismo tuvo una ambición política que le llevó a ser concejal en la ciudad, así como efímero gobernador civil de Toledo y presidente de la Diputación Provincial de Castellón. En su trabajo, Peris aborda una biografía poliédrica y con impacto en la sociedad de su tiempo.

 

- Su idea inicial para la tesis era investigar sobre el anarquismo en la provincia, pero acaba en una biografía de un personaje muy concreto y no precisamente anarquista.

- Sí [sonríe] pero es que desde el primer momento en que se estudia esa época de Castellón, se ve que hay un personaje interesantísimo que nos permite que trazar la historia local desde su figura, que es muy interesante. Es que hay diferentes frentes. Por un lado, la historia de Castellón vista desde la prensa, y desde un posicionamiento del Partido Liberal, y por otro lado, un estudio de la prensa. Tocamos diferentes puntos y hay muchísimos detalles: cómo fue el regeneracionismo, la cultura, la política, las élites, la burguesía castellonense. Yo entré ahí para estudiar a José Castelló y Tárrega, y él al final es el elemento clave para trazar esa historia local desde su punto de vista.

 

- El protagonista del libro es un personaje del que lo primero que sabemos o creemos saber es que llega a Castellón desde la Vall d’Uixó con siete pesetas. ¿Qué hay de ello?

- Sí, la primera información es esa. Pero también hay otras informaciones que nos dicen que no son siete, que son tres... lo importante es que ya sabe jugar ese papel que tanto ha gustado en España, al estilo Amancio Ortega: el hombre que sale de la nada y llega a ser... pues parece que aquí ya lo tenemos. Un personaje que sale de la Vall d'Uixó y aparece en Castellón, pero lo importante no son las siete pesetas, sino el aval de los personajes que le empujan y le dicen: "Pepe, tú debes ir a Castellón a fundar esto, que nosotros estamos para ayudarte en lo que haga falta”. Las siete pesetas son lo de menos.

 

- ¿Quiénes son ellos y qué es lo que tiene que fundar?

- Uno de ellos es el canónigo Joaquín Morós, personaje fundamental en la política liberal en el distrito de Nules, a quien ya conoce en su época de estudiante gracias a Canalejas. Y el propio José Canalejas, que es el segundo del Partido Liberal en ese momento con Sagasta, y que parece tener claro que quiere dejar de ser el segundo. Como dijo una vez, "he pasado toda la vida siendo el segundo, ahora quiero mandar". Y para ello tenía que abrir camino. Y en ese momento, el o con las provincias y sus capitales es fundamental. Canalejas necesita, por decirlo así, a un machaca en la provincia de Castellón. Y tenía que tener "hambre de títulos", como se dice hoy en el fútbol. Alguien con ambición. Y Castelló y Tárrega es el personaje ideal. No es alguien que dominase muy bien las letras, pero tenía ambición y tenacidad y ganas de medrar y ser alguien. Eso es fundamental. Además, tiene otro apoyo de un personaje importantísimo que es el abogado y magistrado Sebastián Carpi, de una familia con un potencial tremendo. Y también ya le ayuda su tío José Tárrega Torres, que había sido alcalde. Que sí, que viene a Castellón con siete pesetas pero no todos los que llegaban en esas condiciones tenían estos conocidos. Y su mujer: se casa con la hija de un militar. Los militares a finales del XIX no están en el momento de fuerza que tenían en otros en otros tiempos. Eso de casarse con un periodista que aún no tenía ningún periódico, quizá otra clase social de Castellón no lo hubiera visto bien.

 

- Forma parte de una familia que le permite irse a estudiar a Valencia con 15 años, algo al alcance de muy pocos en ese momento.

- ¡Claro! Y ¿quién puede hacerlo? Ya no solo él, sino los hermanos, que llegan a ser 11, aunque mueren muchos. A los 15 años, gracias a un sacerdote local, él puede viajar a Valencia y estudiar en la Escuela Normal. Ejerció muy poco de maestro, en Burriana, pero en el periodismo de la época la mayoría son escritores frustrados, querían ser poetas o escritores, realmente. Y cuando veían que no llegaban, se dedicaban al periodismo, con el que se padecía un poco más económicamente, pero que te permitía escribir todos los días. Castelló y Tárrega hace sus pinitos primero con El Anticossiero, luego El Liberal, ya una cosa seria, y finalmente Heraldo de Castellón.

 

- Con Heraldo de Castellón vertebra luego su dimensión más pública y por tanto, es la palanca, por decirlo así, que le permite lograr su objetivo en Castellón. Pero visto con la perspectiva del tiempo, ¿crees que merece ser más recordado como periodista o como político?

- Siempre me lo he planteado. En su ambición final, creo que le hubiera gustado ser recordado como político, porque en el fondo la prensa y el periódico eran el medio para conseguir un fin. Solo hay que ver que en 1900 ya intenta entrar en el Ayuntamiento. Cuando las cosas no iban muy bien, siempre decía que no era político, sino periodista, como diciendo “esto no tiene nada que ver conmigo”. Pero le duraba el enfado uno o dos años, luego volvía a las andadas. Pero claro, la prensa es... a veces lo comparo con la actualidad. En aquellos años, era muy descarado cómo los periódicos de partido se autodenominaban independientes y hacían alarde de su objetividad, era escandaloso.

 

- No había por dónde cogerlo.

- Desde luego.

 

- ¿Hasta qué punto Castelló y Tárrega y personajes como él son absolutamente determinantes para que cuajen en esa etapa decisiva el mito liberal y la idea de modernidad, unida a lo primero y vinculada a la noción de la capitalidad? Porque todo ello está arraigado en su labor periodística y es un caldo de cultivo para configurar una determinada opinión pública.

- Así es. La construcción del mito liberal pasa por apropiarse una bandera que tiene un caldo de cultivo. En Castellón es la defensa liberal de la ciudad, que se ha demostrado que no fue tanto así. Pero los republicanos están muy afianzados: Fernando Gasset tiene muchísima fuerza, y José Castelló y Tárrega tiene que ganar posiciones como sea. Y si no puede, hará lo posible. Algunos autores como Ferran Archilés, dicen que es un satélite de Fernando Gasset, un personaje cercano. Es decir, si tú no puedes destacar, copias al que ves que le está funcionando. Y si no, te acercas a él. En este caso, supo acercarse a una buena sombra, que era la de Fernando Gasset.

 

- Manteniendo sus diferencias políticas.

- Por supuesto. Pero esa necesidad existe. Al principio no fue así por las discrepancias que hubo con el padre Faulí, por parte de Fernando Gasset. Porque Castelló y Tárrega es un personaje muy católico.

 

- Además de monárquico y liberal.

- Sí: católico, monárquico y liberal, pero con un progresismo, un sentido del progreso, que seguro no tenían otros que no eran nada de ello. Ese regeneracionismo, esa modernidad... porque pensemos que él es contrario con todo aquello que va asociado a el retroceso cultural. Es un pionero en lo relacionado con la vertiente más cultural. La fundación del Museo de Castellón es una necesidad de José Castelló y Tárrega. Por cierto, que tuve a los papeles de todo el registro y del inventario del museo. También es contrario a los toros en la calle, por ejemplo...

 

- Tiene muy claro lo que para él es el futuro y la modernidad y lo que no lo es.

- Sí, y eso incluye -y lo estudiaré en un trabajo posterior- la creación de un Castellón verde. Estuvo muy unido a arquitectos europeos que en aquel momento buscaban hacer ciudades verdes, las llamadas ciudades jardín, pero que no eran posibles para toda la ciudadanía. Y en Castellón, un intento es precisamente lo que se conoció como la Ciudad Jardín, con las villas de la Gran Vía. Esa segunda residencia que quería la burguesía, esa forma de diferenciarse. Y parecía que los aires eran muchísimo más sanos en el exterior que dentro de la ciudad de Castellón.

 

- Supongo que para entender al personaje es clave atender a la gran duración de su carrera. Alguien que arranca su principal obra con el nacimiento de Heraldo de Castellón el 1 de enero de 1895, y termina en 1938, en lo que es la época quizás más intensa de la historia de España.

- Sí, su vida a veces la comparo con un personaje de videojuego que va pasando pantallas. Es un personaje que ya viene de antes de la época zorrillista, pero su periódico arranca en el turno de partidos. En esos años, tenemos la Guerra de Cuba. Y él se ayuda de ello porque aumenta la venta de ejemplares con el sensacionalismo de la época. Él saltando la valla de la estación para dar cigarrillos a los reclutas en el momento en que se van...

 

- ¡Esa es muy buena! ¿Está documentada?

- Sí, sí, y es realmente increíble. Luego está el asesinato de Cánovas, el cambio de siglo y a partir de ahí los diferentes desastres de España. Pasamos también las guerras de África, la Semana Trágica, llegamos al asesinato de Canalejas, el asesinato de Dato... luego Primo de Rivera, la Segunda República, la Guerra Civil. Esa época tenía todos los condicionantes para vender prensa y si el nivel de analfabetismo no hubiera sido, como dice Consol Aguilar, de un 60%, aquello hubiera sido tremendo. En nuestra época, aunque hayamos tenido altibajos, en los últimos 45 años apenas tenemos el golpe de Estado del 23-F. Es muy estable.

 

- En cuanto a Canalejas, ¿hasta qué punto se puede decir que viene a ser su Pigmalión? O al menos su gran soporte, aunque no siempre lo sea en resultados concretos.

- Yo lo comparo con ese amigo famoso que tienes, que sí te saluda, pero cuando hace una fiesta a ti no te invita a la cena. Te dice que te aprecia mucho, pero te pregunta cómo llamaban a tu hija. En algún momento dice "me voy a embarcar a Cuba con Canalejas". Se quería ir, pero dice después en el periódico "no, es que mi mujer no me ha dejado, no he podido ir". Viene Canalejas a Castellón y no se queda en su casa, en fin. Llega el momento de elegir y él tiene que esperar a otra ocasión. Eso sí: son conocidos, pero no nos podemos fiar.

 

- Pero Canalejas sí ayuda al Puerto de Castellón, al poco de llegar su patrocinado al Ayuntamiento, con una subvención de 250.000 pesetas en 1902, el doble que el año anterior.

- Sí, lo del Puerto… pero cuando las cosas vienen bien dadas, a Castelló y Tárrega, que estaba aquí esperando, le pasa la oportunidad por delante.

 

- Junto a su ambición y ganas de ascender socialmente, también se destaca en el libro una gran honestidad política.

- Sí, incluyendo en esa honestidad su postura frente a los toros en la calle, o algo tan popular como la pelota valenciana, o su enfrentamiento al sistema de precios del mercado.

 

- Un enfrentamiento que incluye el informe que realiza sobre los precios del mercado como concejal, y que publica su periódico a toda página en portada en 1902.

- Así es, el control de los precios del mercado es importante para él, o el control de la salubridad en Castellón. Y también había una separación muy importante de las diferentes clases sociales, pero es verdad que tiene una honestidad política tremenda. Se habla del propio Canalejas, un señor de misa diaria que hizo la ley del candado a la Iglesia [en 1910 y durante dos años, prohibió el establecimiento de nuevas órdenes religiosas en España]. En este sentido, Castelló y Tárrega lleva a sus hijos a colonias veraniegas con una educación a lo Ferrer Guardia muy novedosa. O sea, por un lado tenemos a un señor de misa diaria y luego ese punto avanzado.

 

- ¿No crees que hay gente que hoy en día a los que les estallará la cabeza, al explicarles algo así?

- ¡A mí también me pasaba! Lo miraba al principio de estudiarlo y no me cuadraba nada en ese puzle.

 

- Más adelante, ya en la Guerra Civil y con el periódico en manos del Frente Popular y su hijo José Castelló Tárrega y Arroyo como director, debió impactar mucho en una familia tan católica la forma en que se eludió informar de la demolición de Santa María, cuando precisamente su hijo llevaba cinco días como alcalde.

- Sí, se dijo que se hizo por unas obras para ampliar la calle, por razones de salubridad... eso fue algo que demonizó en parte el apellido Castelló y Tárrega en la ciudad. Una revista en la Vall d'Uixó en los años 60 hablaba muy bien de él y se lamentaba por el hijo. Creo que el aspecto social del hijo, las ideas socialistas… quizá se dejó llevar un poco en aquellos años. Y luego su historia es apasionante, porque primero él salva al cuñado y luego el cuñado le salva a él: el teniente Juan Bautista Marí iba con la Guardia Civil en la columna con el diputado Casas Sala, y luego cuando entran los nacionales en Castelló, el propio Marí ayuda a José a salir hacia Orán.

 

- Y el padre, entretanto, muere en casa en la Guerra Civil.

- Sí, él muere en febrero de 1938 en el ostracismo más absoluto viendo pasar camiones desde una ventana y preguntándose qué ha pasado con todo lo que había creado. Llego a ser gobernador civil de Toledo y duró cuatro días. Luego cuando consigue ser presidente de la Diputación de Castellón, se va llorando. Y en la II República se le ve el cansancio; sus editoriales ya no tienen su fuste, esa viveza. Es como mantener un periódico en unas circunstancias que no... y además ve cómo el político Vicente Cantos, un referente para él, pues vive el efecto camaleón de muchos políticos y se aprovecha de la coyuntura de la República. Y a José Castelló y Tárrega le pilla ya muy cansado todo esto.

 

- Y dice "hasta aquí".

- Sí, en el libro lo comparo muchas veces al mito de Sísifo, rodando la piedra por la ladera hacia arriba y siempre vuelve a caer. Pues yo creo que en la II República ya no tiene fuerzas de subir la piedra.

 

- ¿Te ha sido difícil el trabajo de investigación? Habrá tenido un buen componente de documentación familiar.

- Pues me alegra que me preguntes eso, porque ha sido uno de mis problemas. No hay cartas y el archivo privado de Canalejas lo tiene un sobrino que no da a nadie.

 

- ¿Cómo? ¿De un presidente del Consejo de Ministros? ¿Todavía hoy? ¿No es patrimonio del Estado?

- No, es propiedad del sobrino. Y yo he repasado la prensa, día a día, de todos los periódicos que él ha hecho, y gracias a la prensa construyo un personaje, del que puedo extraer no solo los detalles de edad, costumbres... sino construir también la psicología del personaje. Accedo gracias a ese pilar básico que es la prensa, accedo a bibliografía que me ayuda a entender sus diferentes etapas. Pero claro, necesito algo más personal. Y gracias a una casualidad, consigo un teléfono y viajo a Madrid y conozco a la nieta, María José Marí Castelló y Tárrega. Conozco a esta señora y durante tres días me ayuda a acabar de entender al personaje. Me enseña los documentos, pero se quedan allí. El único que me regala es el original de la foto que está en la portada del libro, que hemos coloreado. Ese viaje me lanza al personaje. Ella ha fallecido hace tres meses. Una señora que sabía cinco idiomas, que se casó con un piloto judío de avión, presidenta de la Asociación Wagneriana de Madrid durante muchos años... y allí tiene un cuadro original de Francisco Tárrega, el guitarrista y primo de nuestro protagonista. Y ella es quien me avisa de que vive en Castellón otro primo hermano suyo, hijo del alcalde Castelló y Tárrega. Y lo conocí. El personaje es bastante llamativo, se ha hecho una tesis, una tesis doctoral y un libro, pero da para lo que quiera.

 

- Y tu conexión con él ha llegado al extremo de ponerle una placa en su tumba.

- Sí [ríe], se la puse y sé que es ser friki a nivel máximo. El tema es que un amigo me avisó porque en la lápida apenas se ve lo que pone. Y me dije esto hay que solucionarlo, debe saberse quién es este señor. Y he puesto una madera que me grabó un amigo, en una impresora 3D... es una madera con la Mare de Déu del Lledó en la que dice "José Castelló y Tárrega, director de Heraldo de Castellón, gobernador civil de Toledo, presidente de la Diputación..." y cogí la madera y la coloqué. Porque a la señora de Madrid le prometí que yo limpiaría su lápida todos los años y le pondría una flor. Y ahora, cada año por Todos Los Santos voy a limpiar la lápida de mis abuelos y la de José Castelló y Tárrega. Está incorporado a mi vida.

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