VALÈNCIA. Durante tres temporadas consecutivas, Eleonora Buratto ha habitado el universo trágico y vocalmente exigente de las reinas Tudor en el Palau de les Arts. Con Anna Bolena, Maria Stuarda y Roberto Devereux, la soprano italiana ha desplegado una evolución artística sostenida en el tiempo, en diálogo con un mismo teatro, un mismo equipo y un mismo repertorio. “Ha sido una experiencia hermosa. Y aún no ha terminado: sigo viviendo esta experiencia tan bonita. Estoy muy agradecida a este teatro”, explica Buratto.
El proyecto ha sido también un espacio de afirmación para la soprano, que obviamente ha combinado su paso por Les Arts con otros de distinto perfil en otros teatros: “Me ha permitido hacer crecer mi voz y mi técnica. En los últimos cinco años también he añadido otros papeles más pesados, así que para mí es como una mariposa: es importante mantener el bel canto en mi trayectoria”. Y aunque reconoce entre risas que “nunca me convertí en reina”, subraya que encarnar a las tres soberanas fue “realmente importante y un honor para mí”.
Más allá de la coherencia estilística bajo el paraguas de Donizetti, la Trilogía Tudor presenta perfiles dramáticos y exigencias vocales bien diferenciadas. “Creo que el personaje más difícil es Elisabetta, en Roberto Devereux [que interpreta actualmente y hasta el 18 de junio]. En este caso, necesitamos una soprano en el primer acto que es distinta a la del final”, señala. “Me recuerda a La traviata: en el primer acto se necesita una soprano más ligera, y luego hay un crecimiento durante la ópera. Aquí es igual. Al final necesitamos una voz más dramática, siempre dentro del bel canto, por supuesto, pero más compleja”.
La complejidad no es solo técnica, sino también interpretativa. “Aquí hay un conflicto constante entre la reina y la mujer. Como reina, representa el poder, la fuerza, porque no puede mostrar su fragilidad. Pero su fragilidad es el amor. Así que tengo que gestionar constantemente esas dos personalidades en una sola, también con la voz, no solo con la interpretación”.

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- Foto: G FONTANA
Una complicidad que se nota en escena
La continuidad del equipo vocal y musical a lo largo de las tres producciones ha permitido consolidar un método de trabajo basado en la confianza mutua. Los tres títulos han estado bajo la dirección escénica de Jetske Mijnssen, y junto a Buratto también han estado en las tres obras tanto Silvia Tro Santafé como Ismael Jordi. “Lo más importante, y que aprecio mucho, es que creamos una conexión entre nosotros. Son personajes distintos, claro, pero todo el mundo puede ver nuestra complicidad en el escenario. Ahora somos amigos, no solo colegas. Y eso es realmente maravilloso”.
Buratto, que ya se ha empapado de la vida valenciana y contesta las preguntas de Culturplaza mientras acababa un esmorzaret, se siente muy agradecida con Jesús Iglesias Noriega, director artístico de Les Arts, que la seleccionó como el hilo conductor protagonista de esta trilogía. También le entusiasma la respuesta del público más joven en Les Arts, especialmente durante los preestreno: “Es increíble. Nos dan los mejores aplausos que se pueden recibir en este teatro. Son tan apasionados, tan felices de estar allí y disfrutar de la función... Para nosotros es el mejor combustible para seguir adelante. Nos preparan para el estreno. Es una maravilla”.

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- Foto: MIGUEL LORENZO / LES ARTS
Mientras tanto
A pesar de la exigencia del compromiso sostenido durante tres años en el mismo teatro, la soprano ha ido sumado otros personajes de distinto perfil en teatros internacionales: “Creo que he tomado las decisiones correctas y sigo desarrollándome. Esto es muy difícil. No soy una soprano dramática, pero con mi voz puedo cantar algunos papeles de soprano dramática o una Butterfly”, aclara. “Cada año intento incorporar algo nuevo, solo para empujar un poco mis límites y entender en qué puedo convertirme. Cada año es un descubrimiento, y hay que probar los roles en el escenario, porque estudiar en casa es una cosa, pero debutar sobre el escenario y probar el papel allí es diferente. Y eso es lo más importante para una cantante”.
También insiste en la necesidad de no dejar nunca de estudiar. “Es muy importante entender cuándo hay que parar, cuándo algo es demasiado. Hay que estudiar, estudiar, estudiar, estudiar, porque es fundamental. Incluso cuando llegas a un nivel alto —especialmente cuando llegas a un nivel alto— porque tienes que mantenerlo”.