Más cultura

El IVC sigue sin ver la luz al final del túnel

La polémica cancelación de la Jove Orquestra Plus y la airada marcha de Ricardo Casero es la última polémica de un organismo que sigue sin definir su plan de futuro

  • La Jove Orquestra de la Generalitat
Suscríbe al canal de whatsapp

Suscríbete al canal de Whatsapp

Siempre al día de las últimas noticias

Suscríbe nuestro newsletter

Suscríbete nuestro newsletter

Siempre al día de las últimas noticias

VALÈNCIA. El Institut Valencià de Cultura (IVC) funciona con “normalidad absoluta”. Estas son las palabras que a principios de curso repetían desde la Conselleria de Educación y Cultura, un mensaje que trataban de colocar tras el cese de los anteriores directores adjuntos de Música y Audiovisual, plazas que no fueron cubiertas hasta hace apenas unas semanas. Aquí no pasa nada, sigan circulando, parece ser el mensaje del gobierno autonómico ante un organismo cultural -el máximo por presupuesto de la Generalitat, a pesar del recorte de 2025- que sigue sin ver la luz y con un presente en el que la tensión no solo está en los despachos, también en el escenario público. 

“Jamás me había sentido tan engañado y poco respetado como en estos últimos meses de trabajo en el IVC”. Estas palabras las firma Ricardo Casero, hasta ahora director de la Jove Orquestra de la Generalitat Valenciana (JOGV), en una reciente
carta remitida a la revista Beckmesser en la que acusa de “indecisión, mala fe y falta confianza” al director general del IVC, Álvaro López-Jamar, y en la que pedía su dimisión. “Ha hecho que todo dé al traste [sic] sin importar el agravio, la falta de respeto profesional y ética de la que una casa como el IVC debería tener más consideración y responsabilidad a la hora de gestionar sus incompetencias”. 

Casero era, efectivamente, director hasta hace apenas unos días, pues su plaza ha quedado vacante tras finalizar su contrato, una marcha marcada por unas tensiones internas en el seno de la JOGV que llevan semanas cocinándose, una situación que terminó saltando por los aires tras la cancelación in extremis del que iba a ser uno de los proyectos estrella del IVC en esta nueva etapa. Tal y como
desveló este diario, el organismo daba carpetazo hace unos días a la Jove Orquestra de la Generalitat Valenciana Plus (JOGV+), una nueva formación que se presentaba como la “evolución natural” de la JOGV. El proyecto se frenaba, eso sí, apenas 24 horas antes de comenzar los ensayos de su primera producción, el Così fan tutte de Mozart que iban a presentar en estas fechas en València, Alicante y Castellón.

La cancelación con apenas unas horas de margen del proyecto generó un profundo malestar entre las decenas de músicos seleccionados para formar parte del proyecto, un descontento que trasladaron al IVC a mediante un escrito en el que exigían una compensación por las horas de estudio “no remunerado”, el gasto por transporte o la renuncia en algunos casos a otros trabajos para participar en la JOGV+, una demanda a la que a día de hoy el IVC no ha respondido, tal y como confirman distintas fuentes involucradas en el proyecto a este diario. “Experiencias como esta nos empujan a cuestionar si realmente se valora el esfuerzo y la profesionalidad de quienes intentamos abrirnos paso en el sector”, reza la carta.

Más allá de las tensiones internas, el Institut Valencià de Cultura también ha despertado críticas por parte del sector cultural. El penúltimo ejemplo es el comunicado que el sindicato de Actores y Actrices Profesionales Valencianos (AAPV) remitió a los medios denunciando la “insostenible” situación “de las artes escénicas, provocada principalmente por la nula capacidad de gestión” de López-Jamar, quien “desde su nombramiento hace justo un año no ha llevado a cabo ninguna propuesta ni iniciativa para impulsar y promover la actividad del sector”; y, por tanto, pedían “un relevo en el organismo del que dependen las políticas culturales valencianas”.

Y es que, según varias fuentes de diferentes asociaciones profesionales consultadas por este diario, los últimos nombramientos de las direcciones adjuntas de Audiovisuales y Música han generado más tranquilidad y valoran positivamente la trayectoria profesional tanto de Luis Gosálbez como de Beatriu Traver. Sin embargo, la desconfianza hacia Álvaro López-Jamar como director general sigue, y las fuentes consultadas se preguntan qué “capacidad de gestión” tendrá el segundo escalón del ente si no hay sintonía ni proyecto con el primero.


La pregunta no es baladí, porque a pesar de los nombramientos, siguen los cabos sueltos: la licitación Espai LaGranja se ha prorrogado para que, a pesar de estar caducada, la gestión no quede vacía mientras se preparan las bases del nuevo concurso. Por su parte, Carlos Madrid, director de Cinema Jove, ha sido contratado para la 40º edición del festival internacional a través de un contrato menor a la espera de saber cómo va a ser el modelo de gestión a partir del año que viene, a pesar de la que finalización de su contrato estaba agendada desde hace años.

Sin proyecto ni plan estratégico, el Institut Valencià de Cultura vive en el día a día y el sector y la plantilla espera la siguiente solución o el próximo sobresalto. Asoma por las puertas de Viriato el posible próximo conflicto: ¿podrá el ente responder a la promesa al sector de que las líneas de ayuda salgan “antes de verano”, como aseguraron? Este ha sido uno de los conflictos clásicos que el organismo lleva arrastrando incluso antes del cambio político. La confianza de la cultura en Álvaro López-Jamar depende en gran parte de ello; pudiendo ser un golpe de efecto o la gota que colme el vaso.

Recibe toda la actualidad
Valencia Plaza

Recibe toda la actualidad de Valencia Plaza en tu correo