VALÈNCIA. La Generalitat Valenciana quiere aprovechar la arena que se retirará de la desembocadura del río Júcar, en Cullera, para regenerar las playas del litoral afectadas por la regresión. El material, acumulado tras el paso de la Dana del 29 de octubre, será extraído como parte de los trabajos de emergencia para restaurar el calado del puerto de este municipio.

Además, la Conselleria de Medio Ambiente, Infraestructura y Territorio plantea destinar ese excedente de sedimentos no solo a las playas del Marenyet y l'Estany, sino también a las de Tavernes de la Valldigna, donde hay otro proyecto de regeneración pendiente. La propuesta se ha trasladado al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, pero, por el momento, no ha sido aceptada. 

El departamento estatal considera que la arena no cumple con los requisitos técnicos porque el pocentaje de finos, es decir, partículas de arena con un diámetro muy pequeño, supera en una décima el máximo permitido: un 5,1% frente al 5% fijado por la normativa vigente.

La Generalitat intenta convencer al Ministerio

Se trata de un dragado que forma parte de las actuaciones de emergencia impulsadas por la Generalitat tras la riada, que provocó un importante arrastre de sedimentos hasta la desembocadura del Júcar a causa de la crecida del río Magro. El proyecto, financiado con seis millones de euros, permitirá retirar 170.000 metros cúbicos de arena del puerto de Cullera, emplazado en el interior del cauce, para recuperar la operatividad de la infraestructura.

Por ese motivo, la Conselleria ha insistido en que esta arena se emplee también para las labores de regeneración previstas en la playa de Tavernes de la Valldigna, alegando que es un recurso que, de otra forma, terminaría en el mar o en el mismo banco del que posteriormente se extraería nuevo material para acometer dichos trabajos.

La objeción del Ministerio se centra en el porcentaje de finos que presenta la muestra analizada, que supera en una décima el límite que establece la instrucción estatal para este tipo de actuaciones. Desde el departamento que dirige Vicente Martínez Mus, consideran que este margen de diferencia no justifica el rechazo a la propuesta, sobre todo si se tiene en cuenta que, durante la manipulación del material, parte de esos finos se perderán, lo que podría situar el porcentaje por debajo del umbral permitido.

"Se está intentando convencer al Ministerio porque es una arena que, además de estar disponible sin coste, puede ser útil para regenerar unas playas que lo necesitan", explican fuentes de la Conselleria de Medio Ambiente a Valencia Plaza. En este sentido, subrayan que el uso del sedimento beneficiaría tanto a Tavernes de la Valldigna como a las propias playas de Cullera, también afectadas por la regresión.

Colaboración entre istraciones

Además, el departamento autonómico apunta que esta arena procede de dominio público hidráulico, es decir, del cauce de un río cuyo mantenimiento compete, en parte, a la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ). En ese marco, defienden una colaboración entre ambas istraciones que permita optimizar los recursos disponibles.

Cabe recordar que el dragado en la desembocadura del Júcar no está directamente vinculado con el proyecto de regeneración del litoral aprobado por la Demarcación de Costas en Valencia, pero las dos actuaciones comparten un mismo objetivo: frenar la degradación del litoral valenciano.

En ese plan, se prevé trasladar 1,1 millones de metros cúbicos de arena desde un yacimiento submarino situado a 10 kilómetros de Cullera para recuperar la línea de costa en varias playas del municipio.

De forma paralela, siguen las gestiones para que el excedente del dragado pueda aprovecharse también en Tavernes de la Valldigna. La Generalitat defiende que la alternativa propuesta supondría un ahorro económico y una mayor eficiencia en la intervención sobre el litoral.