VALÈNCIA. Sueca estrena siglas en el tablero político local. El municipio está gobernado por Sueca per Davant (SxD) -uno de los socios fundadores de la Unión Municipalista-, con el apoyo de Compromís y una concejala del Partido Popular, tras una moción de censura que desbancó al PSPV el pasado verano. En la oposición, los socialistas intentan recomponerse y el PP digiere todavía la fractura de su grupo municipal. En ese contexto, aparece Gent per Sueca, un nuevo partido localista y, por ende, sin vínculos con estructuras autonómicas o nacionales.
Un grupo de ciudadanos preocupados por el "estado de abandono" de Sueca y sus pedanías impulsa el proyecto. Entre los nombres más reconocibles, figuran Isabel Benet y Pío Lledó, los dos concejales que el PP expulsó tras negarse a firmar la moción de censura contra el entonces alcalde del PSPV, Dimas Vázquez. Una iniciativa que sí respaldó de forma notarial su compañera de filas, la popular Carolina Torres, y que terminó por colocar en la alcaldía a Julián Sáez, de SxD, con el apoyo decisivo de Compromís.
Sin embargo, desde Gent per Sueca insisten en que el partido no se forma solo con esos nombres. "Esto ya venía de antes, de conversaciones entre amigos", explica uno de sus impulsores, Curro Ramírez, a Valencia Plaza. Además, Ramírez descarta que Benet o Lledó encabecen la futura lista electoral. De hecho, buscan un cabeza de lista joven, preparado, sin pasado institucional y con capacidad para conectar con el electorado.

- Imagen de archivo del municipio de Sueca. -
- Foto: AYUNTAMIENTO DE SUECA
La idea, según asegura, es tejer una candidatura amplia y transversal, ajena a las siglas tradicionales, que hable "de tú a tú" a los vecinos. En sus filas conviven perfiles de ideología dispar. "Desde la extrema derecha hasta la izquierda más comunista", bromea Ramírez. Lo que les une, sostiene, es el amor por el pueblo y la convicción de que Sueca "puede y debe mejorar".
Aunque la heterogeneidad interna puede suponer un reto, también representa una oportunidad para el consenso. Porque, si algo tienen claro, explica Ramírez, es que ni responderán a intereses partidistas ajenos ni seguirán la línea de los grandes bloques ideológicos. "Aquí no nos marca la agenda ni Madrid, ni València, ni China", ironiza.
Una mirada local
El objetivo es atraer al votante desencantado, sobre todo ese que "ya no se siente representado por los partidos tradicionales". Entre sus prioridades, figuran la mejora de la seguridad, la limpieza, la recuperación del tejido comercial e industrial, así como una apuesta por el ocio juvenil. La plataforma se erige como una alternativa a lo que consideran un ejecutivo ausente, incapaz de revertir los problemas heredados del mandato anterior.
"Llevan ocho meses y no solo no han solucionado nada, sino que los problemas se han agravado", apunta Ramírez, entre referencias continuas al deterioro de servicios públicos como la limpieza, el alumbrado, la seguridad o el estado de las playas. Especial énfasis ponen sobre las pedanías de El Perelló y El Mareny, que, según denuncia Ramírez, "están completamente desatendidas": solares llenos de maleza, paseos marítimos destrozados desde la última Dana, botellones, inseguridad vial y una "falta crónica" de atención institucional.
El proyecto, según la nota fundacional, no depende de "siglas nacionales ni de estructuras que imponen normas desde fuera". Reivindican una gestión "transparente, cercana y eficiente", al mismo tiempo que apelan al sentido común frente al tacticismo partidista. Su núcleo duro está formado por siete personas de perfiles variados: antiguos militantes del PP y de Ciudadanos, empresarios, profesionales liberales y vecinos "preocupados por la deriva del municipio".
Un paisaje político en constante ebullición
La creación del nuevo partido llega tras uno de los episodios más agitados del último ciclo político local: la moción de censura que desbancó al socialista Dimas Vázquez, quien había logrado recuperar la alcaldía apenas un año antes, en 2023, con el respaldo de SxD. Tras varias desavenencias internas (retrasos en pagos, facturas acumuladas y tensiones presupuestarias), el partido local rompió el pacto y sumó sus votos a los de Compromís y la concejala del PP, Carolina Torres.
De esta manera, Julián Sáez, de SxD, fue investido como primer edil. Por su parte, dos de los tres concejales que el PP tenía en el consistorio, Benet y Lledó, que no secundaron la moción, fueron apartados por la dirección del partido, lo que provocó una fractura en el grupo municipal. Este episodio no es nuevo en Sueca, un municipio acostumbrado a pactos cruzados, cambios de bando y partidos locales con fuerte presencia electoral.

- El alcalde de Sueca, Julián Sáez, junto a las concejalas Sari Sáez y Noelia Benedito tras la moción de censura. -
- Foto: KIKE TABERNER
Lo de Gent per Sueca no es una anécdota aislada. Es parte del paisaje de una localidad acostumbada a los 'volantazos' políticos. A lo largo de las últimas décadas, Sueca ha tenido alcaldes del Centro Democrático Social (CDS), del Bloc, de Compromís, del PSPV, de Esquerra Republicana y de plataformas locales como Grup Independent o la propia Sueca per Davant. Pero nunca del PP, a pesar de haber ganado varias veces en las urnas.
Ni siquiera en 2019, cuando Compromís fue la fuerza más votada, su candidata, Raquel Tamarit, pudo revalidar la vara de mando. El PSPV se alió con PP y Ciudadanos para aupar a Dimas Vázquez. Una operación que generó malestar incluso en la dirección autonómica socialista, aunque al final quedó en una reprimenda simbólica. En 2023, Vázquez repitió como candidato y ganó, pero la historia volvió a reescribirse pocos meses después con otra moción de censura.
En ese ciclo permanente de alianzas y rupturas, Gent per Sueca quiere hacerse hueco: no aspiran a tener mayoría absoluta, pero sí a entrar en el consistorio y convertirse en un actor clave para futuros pactos. Con las elecciones municipales todavía lejos, el partido se organiza, busca financiación y prepara su puesta de largo. "Queremos que Sueca vuelva a ser segura", resume Ramírez.
En un municipio donde la política municipal tiene más giros que una serie de sobremesa, esta nueva plataforma local llega con la promesa de que "el pueblo vuelva a ser del pueblo". El tiempo dirá si logran convertir la indignación en votos.