VALÈNCIA. La Comunitat Valenciana está cada vez más cerca de estrenar su primera mancomunidad industrial, una figura inédita en el ámbito logístico y empresarial. Se trata de un organismo supramunicipal creado por los ayuntamientos de Riba-roja de Túria, Cheste y Loriguilla con un objetivo compartido: trabajar de forma conjunta para gestionar y potenciar uno de los principales corredores industriales de la provincia de Valencia, el que discurre junto a la autovía A-3. 

Cabe recordar que una mancomunidad es, en esencia, una fórmula legal que permite a varios municipios prestar servicios públicos o desarrollar proyectos de forma compartida. Lo habitual es que estas entidades tengan una finalidad social, turística o comarcal. Sin embargo, la que impulsan estos tres consistorios del Camp del Túria y La Hoya de Buñol-Chiva marca un precedente en la autonomía al ser la primera dedicada en exclusiva al desarrollo logístico e industrial. 

El nuevo ente, denominado Mancomunidad Industrial A3, nace con vocación de permanencia y con una estructura diseñada para actuar más allá de los límites municipales, de forma que eliminará duplicidades, coordinará inversiones y dará respuesta a necesidades comunes que hasta ahora cada ayuntamiento abordaba por separado. El objetivo es ganar eficiencia, atraer inversión y consolidar este eje como un nodo estratégico del Mediterráneo.

Tras años de trabajo, la iniciativa ha entrado en su fase final de tramitación. Desde este lunes, con el anuncio publicado en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP), se abre un plazo de un mes de exposición pública para que cualquier persona pueda presentar alegaciones. Una vez superado este procedimiento, el expediente se remitirá a la Generalitat Valenciana para que lo valide de forma definitiva. 

Una alianza para competir en el mapa industrial

La franja que une Riba-roja, Cheste y Loriguilla concentra 14 millones de metros cuadrados de suelo industrial, de los cuales ocho ya están urbanizados y los seis restantes se encuentran en desarrollo. Se trata de uno de los mayores polos empresariales del área metropolitana de València, con más de 2.800 empresas y una ubicación estratégica, ya que se encuentra junto a la A-3, a escasos minutos del puerto de la ciudad y del aeropuerto de Manises.

El alcalde de Riba-roja, Robert Raga, ya destacó el potencial industrial del municipio en una entrevista con Valencia Plaza el verano pasado: "Una gran parte de lo que se descarga en el puerto de València viene al parque logístico de Riba-roja". Además, Raga recordó que "tenemos 2.300 empresas, de las cuales el 50% son de transporte y logística; un 18% de industria; un 17% de servicios y, el resto, dedicadas a la construcción y al sector primario". 

Para el alcalde, Riba-roja es "el ombligo de la extensión del puerto de València" y esta mancomunidad servirá para dar un paso más en la consolidación del eje como una de las zonas más potentes del arco mediterráneo. De hecho, según se detalla en los estatutos fundacionales, el ente gestionará servicios básicos en los polígonos industriales como la recogida de residuos, el suministro de agua y energía, el mantenimiento de calles e infraestructuras o la señalización vial.

Pero su papel irá mucho más allá de la operativa diaria. El nuevo organismo supramunicipal también promoverá aparcamientos para camiones, puntos de carga eléctrica para vehículos, comunidades energéticas para el autoconsumo, programas de formación laboral adaptados al tejido empresarial e, incluso, campañas conjuntas para captar nuevas empresas. 

Además, los tres municipios podrán reclamar de forma unificada mejoras ante otras istraciones, como la Generalitat o el Gobierno central, y acceder a financiación europea para grandes proyectos industriales. 

El alcalde de Riba-roja presidirá la mancomunidad

El diseño organizativo replica en parte la estructura municipal, ya que contará con una presidencia, que asumirá el alcalde de Riba-roja, Robert Raga; así como dos vicepresidencias, que recaerán en los primeros ediles de Cheste, José Morell, y Loriguilla, Montserrat Cervera. Así se decidió en el acto de presentación de la mancomunidad, celebrado el pasado mes de octubre. 

Cada ayuntamiento contribuirá con una cuota económica proporcional a su población, con una parte fija de 15.000 euros brutos anuales, mientras que el resto se ajustará según el número de habitantes. El presupuesto del ente será independiente y servirá para mantener servicios comunes e impulsar actuaciones estratégicas. 

Durante este mes, el borrador de los estatutos y la memoria justificativa están disponibles para su consulta en las sedes electrónicas de los tres ayuntamientos. Si no hay cambios sustanciales, la Generalitat autorizará la creación formal de la Mancomunidad Industrial A3. 

A partir de ahí, se pondrán en marcha los primeros servicios compartidos e iniciarán proyectos que, hasta el momento, habrían sido imposibles de ejecutar desde cada ayuntamiento por separado. En palabras de sus impulsores, este organismo busca convertirse en un nodo industrial y de referencia en el Mediterráneo.