VALÈNCIA. Han pasado siete meses desde que la Dana del 29 de octubre arrasó parte de la calle Cuesta Navarro en Buñol. La fuerza del agua derrumbó el muro de sostenimiento de la vía y provocó graves daños en varias viviendas de la zona. Entre ellas, la de Sergio Ortiz, que tuvo que abandonar su casa y, en la actualidad, todavía no ha podido volver. Su situación es, según relata a Valencia Plaza ,"de completo abandono".

La vivienda de Sergio, situada en la parte baja de la calle, quedó anegada por la riada. El garaje perdió el techo y la puerta, al mismo tiempo que desaparecieron todas las pertenencias que había dentro. Además, la instalación de agua potable fue arrasada. "Todo lo he tenido que arreglar yo, por mi cuenta, sin que el ayuntamiento haya hecho nada en estos meses", lamenta. 

Lo cierto es que, el pasado mes de noviembre, el consistorio que dirige la popular Virginia Sanz aprobó, mediante una resolución de alcaldía, la ejecución urgente de las obras para reconstruir el muro y restablecer el viario. Según indica el propio documento, al que ha tenido este diario, se trataba de una actuación "prioritaria y especializada" que no podía asumir el Ayuntamiento de Buñol con medios propios.

La obra se adjudicó a la empresa Etayo Construcción e Ingeniería S.L., con un presupuesto total de más de 164.000 euros (IVA incluido) y un plazo de ejecución de tres meses desde el inicio. Asimismo, se establecía que los trabajos debían comenzar, como máximo, una semana después de la notificación del contrato. Sin embargo, Sergio asegura que las obras siguen sin acometerse. 

En concreto, este vecino cuenta que solo se han hecho algunas tareas de desescombro, que resultan "insuficientes" para permitir el retorno a su vivienda. Sergio explica que ha presentado varios escritos al ayuntamiento desde que ocurrió el derrumbe, en octubre de 2024, pero que todavía no ha recibido respuesta.

"Presenté el último registro de entrada el jueves pasado y sigo sin saber nada", afirma. Según denuncia, tampoco se ha establecido ninguna solución provisional para desviar el agua en caso de un nuevo episodio de lluvias, por lo que su casa continúa inundándose por la parte posterior.

Un año sin poder regresar a su vivienda

El proyecto técnico contempla la instalación de un colector de aguas pluviales, una infraestructura que nunca ha existido en la calle y cuya ausencia agrava los efectos de las lluvias. El concejal de Obras y Servicios, Sergio Galarza, reconocía en marzo a este diario que la intervención era prioritaria, pero que los plazos dependían de estudios técnicos y de la saturación de los geotécnicos como consecuencia de la emergencia en más de 80 municipios de la provincia de Valencia.

No obstante, este vecino de Buñol reconoce que la empresa adjudicataria sí ha mostrado implicación para subsanar los daños en su vivienda a causa de la riada. Sergio mantuvo este miércoles una reunión con los responsables de Etayo y un técnico municipal, en la que se le trasladó la previsión de terminar su tramo de la calle Cuesta Navarro el próximo mes de octubre. 

Por tanto, este hecho significa que, para regresar a su vivienda, Sergio debe esperar casi un año desde el temporal. "Yo ya me he hecho a la idea de que este año no podré volver a mi casa", afirma con resignación. Durante estos meses, ha vivido con su madre y su hijo, en una situación que le ha generado varias crisis de ansiedad. "No he cogido nunca la baja por depresión, pero esta vez mi jefe me ha mandado a casa dos días. Me dijo que me veía fatal", recuerda.

En la reunión con el técnico municipal, según cuenta a Valencia Plaza, no acudió ningún concejal del ayuntamiento. Un encuentro en el que tampoco faltaron momentos de tensión. Según relata este vecino, el técnico municipal llegó a decirle que "debería estar agradecido" por las obras previstas en su parcela, dado que "esa calle lleva así toda la vida". 

Sergio tilda de "inoportuno" ese comentario. "¿Cómo voy a estar agradecido por algo que se tendría que haber hecho hace años y que, de haberse hecho, me habría evitado esta situación?", se pregunta, indignado. Por el momento, sigue esperando una respuesta formal del consistorio. De no recibirla pronto, advierte que llevará el caso a los tribunales.

Cabe recordar que Sergio no es el único afectado por la Dana que todavía no ha podido regresar a su casa. Su situación se repite en el municipio de Picassent, donde los propietarios de siete viviendas en la urbanización de l'Omet se vieron obligados a abandonar sus hogares tras la riada y, desde el pasado mes de noviembre, no han podido acceder debido a la demora de las obras de reconstrucción en esta zona por parte del ayuntamiento.