VALÈNCIA. La huella del apagón eléctrico sufrido en España durante buena parte del lunes continúa presente en la agenda del país. Más allá de los problemas en materia de transporte, comercio y, en general, comunicación, probablemente la mayor preocupación que se desliza de lo acontecido es la sensación debilidad y desamparo sufrida por la población durante horas. 

Una jornada de zozobra que, no obstante, fue solventada con relativa celeridad al menos en lo que se refiere a la recuperación total de los servicios, que este martes ya funcionaban casi a pleno rendimiento en la mayoría del territorio nacional.

Aparte de las ya mencionadas, el socavón tecnológico también ha traído consecuencias directas y relevantes en la política más mundana. Tal y como venía informando este diario, el final de abril se presentaba complicado para el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón: el lunes estaba agendada la séptima manifestación en València para solicitar su dimisión por la gestión de la Dana, con el añadido de celebrarse en la víspera de cumplirse los seis meses de la tragedia que se saldó con 228 víctimas mortales.

Además, este martes, tenía lugar otra cita que amenazaba tensión para el jefe del Consell con el inicio del Congreso del Partido Popular Europeo (PPE), también celebrado en la capital del Túria y ante el cual se habían anunciado protestas por parte de afectados por la Dana.

No obstante, el inédito apagón acaecido ha contribuido a amortiguar sensiblemente la presión sobre el jefe del Consell. Para empezar, el primer efecto de este grave accidente eléctrico ha provocado una modificación inmediata de la agenda informativa de ámbito nacional: sin duda, tanto la manifestación por la Dana como el Congreso del PPE -y el papel de Mazón- apuntaban a ocupar un espacio importante de los medios de comunicación con base en Madrid, con el consiguiente foco en el presidente de la Generalitat.

Sin embargo, el primero de los eventos fue suspendido el lunes por la Delegación del Gobierno, al igual que otro tipo de manifestaciones, como medida de seguridad ante los inciertos efectos del apagón y las dificultades de movilidad existentes. De esta manera, la fotografía de miles de personas exigiendo la dimisión del presidente de la Generalitat desaparecía de un plumazo de la actualidad mediática.

En cuanto al segundo, el Congreso del PPE, también se vio en cierta medida descafeinado por las consecuencias de la crisis eléctrica. Tanto el líder nacional del partido, Alberto Núñez Feijóo; como la alcaldesa de València, María José Catalá, y también el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, renunciaron a la participación en la parte inaugural del cónclave para atender cuestiones relacionadas con el apagón, una decisión comprensible en una situación tan excepcional.

Así, el presidente de la Generalitat dejó en el aire su presencia en el citado congreso a lo largo del día, mientras que la plataforma Acord Social Valencià, encargada de organizar las protestas solicitando la dimisión de Mazón, convocaba una concentración por la tarde frente al Museu de les Arts i Les Ciències, donde el PPE realizaba su cena tras la jornada congresual. El objetivo de esta manifestación, según sus organizadores, consistía en "denunciar la negligencia política del gobierno de la Generalitat en la gestión de la dana y la complicidad de quiénes le están apoyando: Feijóo y Von der Leyen".

Más allá de la afluencia de público -algunos centenares de personas-, finalmente el impacto pretendido por esta plataforma fue mucho más reducido de lo esperado, precisamente por los propios efectos de un apagón eléctrico que absorbió la mayor parte de recursos de los medios de comunicación. De esta manera, la coyuntura provocada por el accidente tecnológico permitía a Mazón atravesar con relativa comodidad dos jornadas que tenían visos de ser complicadas.

Este miércoles, una vez rebajado a nivel 2 la emergencia, se espera que el presidente de la Generalitat pondrá rumbo a Estados Unidos para cumplir con la misión comercial que durará unos días y que, además, evitará que el jefe del Consell participe en la multitudinaria romería de la Santa Faz en Alicante.