VALÈNCIA. Aunque en las semanas posteriores a la Dana del pasado 29 de octubre ya se habían empezado a conocer las piezas del puzle en el que se ha convertido la fatídica tarde, conforme se van sucediendo las declaraciones de testigos e investigados ante la jueza instructora se van reconstruyendo los acontecimientos. Y así, por ejemplo, se ha confirmado el auténtico pavor que se vivió en el centro de emergencias (Cecopi) por la posible rotura de la presa de Forata ante la gran cantidad de agua que estaba acumulando. Un miedo que se apoderó de los integrantes del Cecopi y centró todas las miradas en la presa mientras se fraguaba la catástrofe en el barranco del Poyo, que sí acabó materializándose.

Es lo que se traduce de las declaraciones tanto de los dos investigados -la exconsellera de Justicia e Interior Salomé Pradas y el ex secretario autonómico de Emergencias Emilio Argüeso- como de la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé. La transcripción de esta última, conocida este miércoles, ha permitido constatar entre otras cosas que el presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), Miguel Polo, no le informó ni del riesgo de desbordamiento del río Magro, que se produjo por la mañana, ni del peligro en el barranco del Poyo. Porque, dijo Bernabé a la jueza, ella entiende que esos avisos se canalizan a través de otras vías y que es responsabilidad del centro de emergencias de la Generalitat interpretar los datos.

Así pues, en su declaración, Bernabé insiste -como los dos investigados- en que aquella tarde, el Cecopi, que presidía Pradas y donde estaba también Polo, no se habló del barranco del Poyo hasta que la alcaldesa de Paiporta le llamó a ella, a la delegada del Gobierno, a las siete de la tarde avisando del desbordamiento súbito del barranco. Durante toda la tarde, y desde la convocatoria del Cecopi a las 17h, las miradas estaban puestas en Forata: "Al principio desde la CHJ dijeron que estaban preocupados por la presa de Forata", dijo Bernabé: "Estaban entrando unos 2.000 litros cuando podían salir unos 1.000". "La rotura definitiva supondría inundaciones de hasta 4 metros de altura en todos los municipios aguas abajo de la presa", insiste.

Así, la delegada del Gobierno ite que había "mucha tensión por la noticia terrible" que les dieron sobre la presa de Forata. Por eso, declaró ante la jueza, podía "entender que había una grandísima preocupación por ello". Bernabé "había hablado con muchos alcaldes y sabía de su preocupación, sabía que había municipios que sufrirían de manera directa las primeras consecuencias de esa posible rotura", señala según su declaración. De hecho, algunos de los alcaldes que se podían ver implicados "tenian problemas de cobertura y no podrian advertirles, lo cual le preocupó mucho".

La tensión fue máxima hasta el punto de que "la consellera -Pradas- se alteró y quiso evacuar" estas localidades, pero los responsables técnicos "advirtieron de que eso eran miles de personas" y que sacarlos a la calle "podría suponer un riesgo vital" por lo que la mejor opción era que la gente se elevara "a plantas altas para no ser arrasadas". Fue precisamente esta alarma la que movió a la consellera a lanzar la alerta masiva a la población y no el peligro del Poyo, que -todas las declaraciones apuntan- nadie verbalizó en el Cecopi. "Cuando [Pradas] tuvo conocimiento de las consecuencias" de la rotura de la presa, su decisión fue "enviar el ES Alert para prevenir el riesgo de colapso", dijo Bernabé.

Polo no le informó ni del Magro ni del Poyo

En cuanto al presidente de la CHJ, Miguel Polo, la delegada del Gobierno dijo que "no recibía datos concretos sobre la pluviometría y sobre el caudal de los ríos" por parte de él porque eso "se envía en tiempo real por los distintos canales que recibe el Centro de Coordinación de Emergencias", dependiente de la Generalitat, "y todos los organismos"; que reciben esos datos por correo electrónico"."Quienes filtran y tienen técnicos formados para hacer valoraciones sobre emergencias están en el Centro de Coordinación de Emergencias", señaló Bernabé, quien esgrimió que su "papel fundamental" era el de "coordinar las agencias y atender los requerimientos" de la dirección de la emergencia, Pradas.

Así, apuntó que la información que le daba el Polo "era por cuestiones que ella le preguntaba porque le habían transmitido algunos alcaldes y ella le manifestaba su preocupación". Es aquí cuando la delegada del Gobierno ite que "en ningun momento el señor Polo le dijo que habia riesgo de desbordamiento del Magro" y que "fue conocedora por los medios de comunicación". Según Bernabé, la "coordinación" tanto con la CHJ como con la Aemet era "pública delante de todos" pero "nadie de la dirección de la emergencia le requirió una petición extraordinaria ni directa a ninguno de esos dos ; la información que se les pidió, se dio". Por parte de polo, "se informó sobre la presa de Forata" pues "entraba más agua de la que podía salir por los aliviaderos y esto podía rebosar y suponer una rotura".

En ese sentido, insistió en que Pradas no pidió "información específica sobre el barranco del Poyo" al presidente de la Confederación. En ese sentido, la delegada del Gobierno confirmó que "no se habló" sobre dicho barranco "aun viendo los datos de pluviometría y caudalímetro", sino que se centraron en la presa de Forata. El famoso correo enviado desde la CHJ a las 18.43h informando de la crecida súbita en el Poyo llegó cuando "no estaban conectados en el Cecopi", pues desde la Generalitat se hizo una parada en la reunión entre las 18h y las 19h, tras la cual se informó que se iba a mandar la alerta masiva a través del sistema ES-Alert.