VALÈNCIA. Toda catástrofe es un potencial escenario para la desinformación y un caldo de cultivo perfecto para la crispación. La Dana del pasado 29 de octubre no fue diferente. Al poco tiempo de la tragedia, cuando todavía se seguían contabilizando fallecidos y la 'zona cero' despertaba colapsada por el barro y los vehículos, empezaron a difundirse todo tipo de especulaciones e informaciones no contrastadas que siguieron durante los días y semanas siguientes.

Así, la mayor catástrofe natural de la historia reciente de España sirvió para la puesta en marcha de teorías conspirativas muy variadas que tuvieron gran difusión entre las redes sociales e incluso alcanzaron grandes medios generalistas. Pues bien, un informe del Departamento de Seguridad Nacional apunta ahora a Rusia como uno de los actores que interfirieron para esparcir informaciones dudosas y azuzar la desinformación en pleno desconcierto. El documento, adelantado por El Confidencial y al que ha tenido este diario, señala que el Kremlin intentó pescar en río revuelto y aprovechar la catástrofe incluso para su causa contra Ucrania.

En concreto, el informe anual de Seguridad Nacional sobre 2024 dedica, en el marco de la ciberseguridad, un apartado específico a las campañas de desinformación centrado casi en exclusiva en el estado que dirige Vladimir Putin. Así, recoge que "con ocasión de la crisis acaecida en nuestro país tras el paso de la Dana del 29 de octubre 2024, el ecosistema de propaganda y desinformación pro-Kremlin, con carácter oportunista, amplificó y adaptó narrativas desinformativas preexistentes en su beneficio".

En ese sentido, el Departamento de Seguridad Nacional insiste en que los "actores prorrusos" se centraron en "promocionar la desconfianza ciudadana en las instituciones públicas" y "proyectar una imagen de país sumido en el caso". Pero no sólo eso, sino que va más allá al indicar que el Kremlin empleó la polarización en territorio español para favorecer sus intereses en la invasión de Ucrania, buscando "deslegitimar el apoyo" al país europeo "so pretexto de la necesidad real de ayuda a las zonas afectadas por la Dana". O lo que es lo mismo: potenciando una dicotomía en el debate público entre enviar recursos de apoyo al gobierno ucranio de Volodímir Zelenski o dedicarlos a la reconstrucción.

No fuero pocas las teorías que se difundieron sin contrastar con ocasión de la catástrofe material y humana. Quizá la más sonada fue la del parking del centro comercial Bonaire, del que se dijo que, con la inundación, guardaba cientos de cuerpos sin vida. Teoría que más tarde se demostró falsa pero que sembró la semilla de la duda sobre la contabilización de las víctimas mortales, que según datos oficiales alcanzó las 228 personas fallecidas.

Pero hay otras informaciones falsas que todavía sobrevuelan el debate público a día de hoy e incluso la causa judicial de la Dana. Sin ir más lejos, el supuesto desembalse de la presa de Forata que habría decidido el Gobierno sin avisar a los municipios ribereños aguas abajo del río Magro y que habría provocado muchos fallecimientos no solo allí sino también en la 'zona cero' de la catástrofe, en la rambla del Poyo, pese a que este barranco ni siquiera tiene conexión geográfica con el Magro: son cuencas distintas. La jueza, de hecho, y tras tomar declaraciones a varios expertos en geografía e ingeniería hidráulica, ha tenido que desmentir en varias ocasiones todas estas suposiciones vertidas desde algunas acusaciones.