VALÈNCIA. La Comunitat Valenciana empieza a recoger los frutos del hub aeroespacial desplegado en las tres provincias. Compañías como PLD Space o Arkadia; el Valencia Space Consortium o la aceleradora de la Agencia Espacial Europea (ESA) en el aeropuerto de Castellón han generado un engranaje que ya ha despertado el interés en compañías extranjeras, que ven la autonomía como un foco de talento en la que instalar sus sede en Europa. Y así ha ocurrido con Iceye, empresa de satélites de Radar de Apertura Sintética para la observación de la Tierra.
El pasado mes de mayo, la compañía inaguruaba un centro de investigación, desarrollo y fabricación en Paterna. Este centro, el segundo más grande la compañía, contará con una inversión de 25 millones de euros y espera que, sus trabajadores en España, asciendan a un centenar entre Valencia y Murcia en los próximos tres años. “Somos una compañía de origen finlandés. Empezamos hace una década con un concepto de miniaturizar una tecnología de observación de la tierra y hemos lanzado hasta ahora 48 satélites”, explica Gonzalo García-Muñoz, CEO de Iceye España y vicepresidente Global de Operaciones.
La compañía, que tiene una plantilla de 700 personas en el mundo, se dedica a diseñar y fabricar satélites que venden a Gobiernos y empresas de defensa, principalmente. Además, cuentan con una constelación propia de satélites SAR, la más grande del mundo, que les permite tomar imágenes de áreas de interés de la tierra para luego vender a personas o entidades interesadas en entender qué sucede en un punto concreto del planeta. También, combinan información de imágenes con más datos par ayudar a la gestión de catástrofes naturales como inundaciones o incendios.

Menos peso del satélite y más precisión
“Si antes el satélite pesaba dos toneladas, costaba 500 millones de euros y tardabas 5 años en hacerlo, el nuestro en lugar de pesar dos toneladas pesa 150 kilos, tardamos 18 meses y cuesta 10 veces menos”, explica García-Muñoz. La tecnologia SAR funciona como el radar de un aeropuerto, en la que se lanzan unas ondas que rebotan y es capaz de leer y entender qué es lo que pasa en el entorno. Esto permite observar lo que sucede de día, de noche, con nubes o con humo, porque el pulso de radar permea todo.
Entre sus clientes se encuentra el Gobierno de Ucrania, quien utiliza su tecnología para ver cómo evoluciona el conflicto en puntos concretos. También Brasil, que empezó a trabajar con la compañía no solo para controlar las fronteras, sino para otras cuestiones como la deforestación. “Muchos más gobiernos están entendiendo la necesidad de tener este tipo de capacidades soberanas de una forma más eficiente y económica”, explica el CEO de España.
Esta tecnología permite tener imágenes con periodos de revisita corto y buena calidad. “Hasta ahora, normalmente, los satélites toman imágenes una o dos veces al día, nosotros podemos tomar muchas más imágenes. Esto permite a un gobierno ver lo que pasa cada hora en un punto concreto”, asegura. Buena parte de sus clientes se encuentran en EEUU y Australia. “En esos países apoyamos la respuesta a inundaciones, o a los incendios, donde este tipo de entidades ya se han dado cuenta que contar con información del espacio y con un nivel de detalle que ya empieza a ser tremendamente bueno y preciso,es muy útil. En los últimos huracanes que se han dado en Estados Unidos o en los fuegos de Los Ángeles de principios de año, nosotros enviamos información a este las agencias para que tengan una respuesta mucho más ágil, eficiente, precisa y rápida”, señala García-Muñoz.

¿Por qué Valencia?
Previa a su llegada a València, la compañía tenía una presencia pequeña en Jumilla (Murcia). Ahora, en Paterna, espera reclutar alrededor de 15 personas este año y elevar a 100 el número en el próximo año. “Valencia, para nosotros fue una apuesta estratégica. Primero, porque hay un ecosistema emergente espacial que es importante”, asegura. Además, destaca que las empresas que existen en la Comunitat no compiten con sus sistema, sino que pueden ser proveedores de servicios y componentes. A día de hoy, la compañía realiza sus lanzamientos con SpaceX pero no descartan buscar futuros proveedores. Mientras, recalcan la importancia de contar con un hub de talento como el de las universidades.
”El segundo tema es que empieces a tener un hub de talento interesado en space, que es extremadamente relevante. Eso empieza a juntar a más masa crítica de gente y las universidades también empiezan a desarrollar programas más especializados. Es un círculo virtuoso que nos viene bien a todos”, reconoce. Entre los perfiles que esperan reclutar se encuentran los ingenieros aeroespaciales, de radiofrecuencia, ingenieros mecánicos o ingenieros de estructuras, entre otros. “Pensamos que el ecosistema de talento en Valencia no es sólo local, sino también internacional”, recalca García-Muñoz.

Entre los puntos claves de la compañía está la innovación y Valencia acogerá dos nuevos proyectos de I+D. Entre éstos, se encuentra el desarrollo de un satélite con Signal Intelligence, que permite no solo ver sino escuchar señales de radio o de pulsos electromagnéticos que provienen de la tierra. En la estrategia de la compañía es clave la constante renovación de modelos, frente a la menor cadencia de su competencia. “Cada año y medio o dos años máximo hacemos una nueva generación de satélites, como si fuera un iPhone nuevo”, asegura.
La compañía, que proveyó de imágenes cuando se produjo la Dana en Valencia, señala la importancia de tener datos de numerosos tipos de fuentes. “Nuestras imágenes de satélite las complementamos con información de muchísimas fuentes como sensores, redes sociales o información meteorológica”, señala. La compañía, fundada por Rafal Modrzewski y Pekka Laurila, facturará este año más de 200 millones, el primero en el que esperan ser rentables, y ha cerrado más de 500 millones de inversión en la década desde su fundación.
