VALÈNCIA. Hace una semana comenzaba a operar en Ibiza la limitación del número de vehículos que pueden acceder a la isla diariamente. El Consell d’Eivissa ha establecido un cupo máximo diario de 20.168 vehículos, de los cuales 16.000 están reservados para empresas de alquiler. El resto corresponde a vehículos particulares que pueden circular previa autorización y tras pagar una tasa de 1 euro por día. Un gravamen, en la línea del Impuesto de Turismo Sostenible de les Illes Balears, en vigor desde 2016, y con el que pretenden compensar las externalidades negativas del turismo.

Y es que desde que se implantó, según los datos de la Agencia de Estrategia Turística de Baleares, se han invertido más de 850 millones de euros provenientes de este impuesto en 300 proyectos de modernización del Ciclo del Agua, lucha contra la oferta turística ilegal o promoción del turismo responsable entre otras iniciativas. 

En el caso de la Comunitat Valenciana, el Consell de Carlos Mazón decidió derogar en noviembre de 2023 la ley impulsada por el Botànic que permitía la implantación de una tasa turística, por lo que actualmente no existe un marco jurídico a nivel autonómico que permita a los municipios articular una tasa turística equiparable. Sin embargo, el aumento exponencial del turismo y su concentración en períodos concretos, como los meses de verano o, en el caso de València, también en la semana de Fallas, reabren el debate sobre la idoneidad de explorar gravámenes a los visitantes que ayuden a sufragar gastos extraordinarios. Por ejemplo, el Ayuntamiento de València destinó en 2025 un total de 3,15 millones de euros solo al dispositivo especial de limpieza durante las Fallas.

En Ibiza el debate inicial sobre la implantación de una tasa turística parece superado tras varias temporadas en vigor en las que las cifras de visitantes no se han visto afectadas por el impuesto. Algunas voces de la isla advierten que en materia de evolución del turismo “llevamos un avance de unos diez años respecto a la Península”. En este sentido señalan que, “lo que ahora ocurre en la Península con el turismo, nosotros ya lo hemos vivido, somos un espejo en el que mirarse”.

Tarifas

El Impuesto de Turismo Sostenible de Baleares se aplica a todas las estancias turísticas en las islas, con tarifas que varían según el tipo de alojamiento y la temporada. En temporada alta —del 1 de mayo al 31 de octubre— los importes oscilan desde los 4 euros al día en hoteles y apartamentos turísticos de cuatro estrellas superior o más, hasta 1 euro diario en hostales, pensiones, albergues y campings.

En la Comunitat Valenciana, la anterior tasa turística aprobada por PSPV y Compromís contemplaba gravámenes más bajos desde los 0,50 céntimos al día para pensiones hasta los 1,5 euros en hoteles de cuatro y cinco estrellas. 

En cuanto a la recaudación de la ‘ecotasa’ balear, esta se gestiona a través de la Comisión de Impulso del Turismo Sostenible, que evalúa y aprueba los proyectos propuestos por istraciones públicas y entidades locales. Para el periodo 2024-2025, se han asignado 376,9 millones de euros a 79 proyectos, destinando el 65% de estos fondos a iniciativas relacionadas con el medio ambiente y el ciclo del agua. La distribución por islas ha asignado a Mallorca 229 millones de euros (63,35% del total), a Ibiza 67,5 millones (18,66%), a Menorca 53,7 millones (14,85%) y a Formentera 11,3 millones (3,14%).

Proyectos financiados con la ecotasa 

En el caso concreto de Ibiza, el Consell insular explica que entre los doce proyectos que han obtenido financiación este 2025 se encuentra una iniciativa dotada con 4,25 millones de euros para la lucha contra el intrusismo en el sector turístico. Con proyectos como este, Ibiza busca ofrecer un retorno positivo a la propia industria turística. También se destinarán 5 millones de euros para acometer la segunda fase del Palau de Congressos d’Eivissa en Santa Eulària des Riu u otros 4,9 para tres proyectos en Sant Antoni de Portmany de modernización del destino turístico mediante el embellecimiento de calles y el aumento de la seguridad.

Pese a la consolidación del ITS en Baleares, la medida tampoco ha estado exenta de críticas. Las principales asociaciones hoteleras han cuestionado en reiteradas ocasiones el impacto del impuesto en la competitividad del destino, especialmente en comparación con otros territorios del Mediterráneo que no aplican gravámenes similares.

Asimismo, han reclamado mayor transparencia y agilidad en la ejecución de los proyectos financiados con los fondos recaudados, advirtiendo del riesgo de que parte de los recursos acaben destinados a cubrir gasto corriente o inversiones que consideran ajenas al objetivo original del impuesto. Precisamente este año, la presidenta del Govern balear, Marga Prohens, planteó una subida de la ecotasa y un impuesto a los vehículos que llegasen desde la Península a todas las islas pero tuvo que retirar la iniciativa ante la oposición de sus socios de Vox y la presión del sector. 

Por el momento, en Les Corts Valencianes no parece haber voluntad de reabrir el debate sobre la tasa turística, al menos por parte de los partidos de la derecha que ostentan la mayoría parlamentaria. En el caso del Ayuntamiento de València, tras las Fallas de 2024 el equipo de gobierno de María José Catalá no cerraba la puerta a “estudiarlo”, aunque insistía en que no existía un marco legal para ello. En cambio, tras las fiestas de 2025, el portavoz municipal, Juan Carlos Caballero, aludía al mal momento que sufrió el sector tras la DANA para aparcar el debate sobre un impuesto a los visitantes.