VALÈNCIA. Carpetazo al proyecto de la macroresidencia de la Saïdia. El servicio de Licencias de Actividades del Ayuntamiento de València ha denegado la licencia de obras y ambiental a la empresa Inversiones Gran Valencia 2005 que pretendía alzar un complejo hotelero y residencia de 575 habitaciones en las conocidas como naves de Guala.
Tal y como ha adelantado Levante-EMV, el proyecto incumple la normativa urbanística, de habitabilidad, accesibilidad, protección patrimonial y prevención de incendios. El expediente, que se remonta a 2020, ha contado con sucesivos informes técnicos desfavorables. A pesar de haberse otorgado un trámite de audiencia para corregir las deficiencias, la empresa no ha subsanado los incumplimientos más relevantes, lo que ha motivado la denegación definitiva del permiso.
Entre los principales motivos para la denegación de la licencia, destaca la ilegalidad de construir una planta ático en el interior del patio de manzana, algo expresamente prohibido por la normativa vigente en esa zona de ensanche.
A ello se suma la falta de iluminación y ventilación adecuadas en muchas de las habitaciones, especialmente aquellas orientadas a patios interiores que no respetan las dimensiones mínimas exigidas. Tampoco se ha acreditado el cumplimiento de los requisitos de accesibilidad: el principal al edificio no está a cota cero, las rampas no cumplen con la normativa, y varios pasillos, baños y escaleras presentan medidas insuficientes para garantizar la movilidad universal.
Evacuación
En materia de seguridad contra incendios, las zonas de refugio para personas con discapacidad están mal ubicadas o dimensionadas, y no se garantiza un recorrido accesible de evacuación desde todos los puntos del edificio. Asimismo, las plazas de aparcamiento para bicicletas, situadas en el semisótano, no cumplen con la obligación de estar a nivel de calle, dificultando su .
Otro punto clave es la omisión de una solución patrimonial para los es cerámicos protegidos, como el dedicado a la Virgen de la Cabeza y el rótulo de la antigua fábrica de hilados, que deberían haberse reubicado conforme a los criterios de la Dirección Territorial de Cultura. Finalmente, el patio interior del edificio no puede considerarse espacio exterior seguro para evacuaciones, al no cumplir las dimensiones mínimas ni permitir el de vehículos de emergencia. El consistorio concluye que el proyecto, tal y como está planteado, “no se ajusta a la ordenación urbanística ni cumple con los requisitos técnicos esenciales”, por lo que no puede ser autorizado.
Oposición al proyecto
Cabe recordar que desde sus inicios en 2020 este proyecto de macrohotel despertó la oposición tanto de los vecinos del barrio como de la mayoría de partidos políticos en el Ayuntamiento de València. La presión de las asociaciones hizo que tanto el anterior gobierno (Compromís-PSPV), dirigido por Joan Ribó, como la candidata y más tarde alcaldesa, María José Catalá, rechazaran el proyecto y se comprometieran a frenarlo. Hasta el punto de que el pleno aprobó por unanimidad una moción para iniciar los cambios urbanísticos requeridos para ubicar dotaciones públicas donde se había proyectado la residencia.
Las obras llegaron a iniciarse con el derribo de parte de las naves. Sin embargo, el Ayuntamiento ordenó la paralización de los trabajos, lo que desencadenó un conflicto con la promotora, que anunció acciones legales y presentó un recurso contra la suspensión de las licencias en el entorno. Los vecinos han venido solicitando que estas naves se recalificasen como suelo dotacional para ganar equipamiento y zonas verdes para el barrio. El gobierno de María José Catalá anunció que modificaría el Plan General para permitir esta recalificación. Precisamente este semana, el edil de Urbanismo, Juan Giner, ha mantenido una nueva reunión con los vecinos de San Antonio-La Saïdia para informarles de que el Ayuntamiento denegaba la licencia al proyecto.
