VALÈNCIA (EP). El futuro jardín Trini Simó, ubicado en el conocido como solar de Jesuitas, en València, potenciará la biodiversidad, será "inclusivo y accesible" y evocará el paisaje de la huerta. La futura zona verde se configura como un nuevo jardín hortofrutícola inspirado en la producción alimentaria de la huerta, que incorporará elementos que la definen como los huertos, los caminos y las acequias. Además, estará conectado con el contiguo Jardín de las Hespérides.

Así lo han explicado los responsables del proyecto a la alcaldesa de València, María José Catalá, que ha visitado este lunes las obras, que cuentan con un presupuesto que asciende a 3,5 millones de euros y un plazo de ejecución de 10 meses. El llamado solar de Jesuitas, ubicado en la esquina del paseo de la Petxina y la Gran Vía Ferrando el Católico, cuenta con una superficie de 8.425,79 metros cuadrados: 3.998,25 espacio verde y 4.427,54 espacio público.

El Ayuntamiento inició hace unas semanas la ejecución de las obras de este nuevo espacio verde en el que se recreará el paisaje de la huerta con campos, acequias y caminos. Se trata de una intervención financiada con fondos Next Generation de la Unión Europea que supondrá la habilitación como zona ajardinada de un solar cuya superficie total es de más de 8.000 metros cuadrados.

El nuevo espacio verde se habilitará en el terreno situado junto a la confluencia de la Gran Vía de Fernando el Católico con el Paseo de la Petxina, que se adecuará como jardín hortofrutícola inspirado en la huerta de València. Además, tendrá un contenido científico relacionado con el contiguo Jardín Botánico y definido por la Universitat de València.

El diseño del nuevo jardín es fruto del concurso de ideas que ganó la propuesta titulada 'Bardissa', obra de un equipo multidisciplinario integrado por especialistas en arquitectura, botánica, arqueología, arboricultura e ingeniería industrial que ha liderado el arquitecto Carmel Gradolí.

Evocará el paisaje de la huerta

La futura zona verde Trini Simó se configura como un nuevo jardín hortofrutícola inspirado en la producción alimentaria de la huerta, que incorpora los tres elementos que la definen: los huertos, los caminos y las acequias, además de otros como los setos, las plantaciones aromáticas, las edificaciones y las plantas útiles que no son de cultivo.

El conjunto evocará el paisaje de la huerta, con cajas de acequias para el riego de los campos, caminos bordeados por plantas, un porchado de parras para el encuentro a la sombra, y una gran orla arbolada para conectar con el entorno. Se prevé utilizar baldosa fabricada con biomasa de manufactura local y muros con tapia de cal.

El espacio facilitará la accesibilidad, fomentará la biodiversidad, complementará los huertos didácticos del Jardín Botánico y dispondrá de zonas para el descanso y la reunión. Además, estará conectado con el Jardín de las Hespérides, también contiguo, mediante una tapia construida con técnicas tradicionales. El objetivo de estas intervenciones incluye generar una red de espacios tanto nuevos como renaturalizados, interconectados dentro de la trama urbana.

El espacio iba a ser un hotel "espantoso"

El arquitecto Carmel Gradolí, que lidera el equipo multidisciplinario integrado por especialistas en arquitectura, botánica, arqueología, arboricultura e ingeniería industrial que ha configurado el proyecto, ha explicado este lunes a los medios que el jardín "potenciará la biodiversidad" mediante la recuperación de zarzales y con el propio diseño de la zona en su conjunto, con el uso de materiales que "evocarán" la huerta valenciana.

Además, ha explicado que la zona estará conectada con el Jardín de las Hespérides, que "daba la espalda a este espacio", destinado en un primer momento a la construcción de un hotel "espantoso". "Hay que decirlo", ha asegurado. Dicho esto, ha reivindicado que a partir de 1995 la ciudadanía "empezó a luchar para que este espacio continuara siendo lo que siempre había sido, un jardín libre que formaba parte de todo el frente de la ciudad". "Se ha conseguido", ha celebrado.

Hespérides, ha rememorado, da "la espalda" a este espacio, puesto que iba a ser "un edificio". Por eso, desde un extremo a otro "va subiendo y subiendo". Ante esta situación, han planteado "conectar" ambas zonas, de manera que el jardín Trini Simó "subirá en sentido contrario y, aprovechando ese desnivel que se genera, se instalará un sistema de agua de riego" para los bancales que se generarán.

Un jardín "esperado durante más de 30 años"

La alcaldesa de València, María José Catalá, ha destacado que este jardín ha sido "esperado durante más de 30 años por los vecinos de València", por lo que se ha mostrado "muy feliz de poder iniciar" estas obras y haber "desbloqueado" el proyecto. "En dos años lo hemos podido aprobar, licitar, adjudicar y comenzar las obras", ha celebrado. Por ello, ha confiado en que salga un "buen proyecto" que quede "muy bien" y que permita a la ciudad contar con un nuevo "pulmón verde maravilloso".

La primera edil ha detallado que la mitad de los 8.000 metros cuadrados serán zonas "absolutamente verdes" y parte estará dedicado a la agricultura tradicional valenciana. Además, ha hecho hincapié en que tanto el director de obra como el equipo que ha llevado a cabo el proyecto "son personas que conocen muchísimo este jardín".

En este punto, ha especificado que contará con varias zonas de y una conexión "muy bonita" con el vecino Jardín de las Hespérides que no solo será "para poder acceder, sino también en ideas". Por ello, se ha mostrado "muy contenta" de haber "desbloqueado una vez más las cuestiones históricas que esta ciudad requería" y de poder "poner en valor una de las zonas más bonitas desde el punto de vista no solo de la arquitectura, sino también por su conexión con el río".

La alcaldesa ha resaltado que la técnica utilizada para concebir el jardín es "muy tradicional" y los materiales son "muy cuidados y muy tranquilos" e intentan "recuperar el suelo hidráulico y de noya para después poder reutilizarlo", evocando "los antiguos tapiales, las celosías valencianas y también la vegetación y la arquitectura de las típicas alquerías valencianas". "Estamos contentísimos de poder ver en marcha estas obras", ha insistido.

Catalá también ha incidido en que los vecinos están "muy contentos" de que "por fin" empiecen estas obras, que cuentan con un plazo de ejecución de 10 meses, por lo que "para marzo o abril del año que viene ya podamos visitarlo".

Preguntada por si el jardín permanecerá cerrado por las noches, ha indicado que trabajan en que tenga "momentos de apertura y momentos de cierre", para lo que ha señalado que en algunos de sus extremos tendrá celosías "que permiten que tenga visibilidad", por lo que "no estará cerrado con una tapia", pero sí que permitirá "un uso racional".

"Retraso" y posible pérdida de fondos europeos

Por su parte, la portavoz de Compromís en el Ayuntamiento, Papi Robles, en declaraciones remitidas a los medios, ha denunciado el "retraso" provocado por el gobierno municipal --de PP y Vox-- para empezar a ejecutar las obras, que provocará que "a fecha de 31 de diciembre de este año todavía no habrán finalizado y esto supondrá perder parte de los fondos europeos".

La edil ha criticado que, pese a que el ejecutivo liderado por Catalá "lo tenía todo hecho, ha tardado tanto en empezar a ejecutar las obras que no llegarán a la fecha límite fijada para su finalización". Además, ha exigido a la alcaldesa que mantenga el convenio con la UV para que este espacio sea parte de la propuesta didáctica del jardí Botànic y ponga en valor la huerta intraurbana.