CASTELLÓ. A través de su historia, el arte se teje con los hilos de la estética como aliada permanente. Entre sus infinitas disciplinas, la pintura subraya con frecuencia este objetivo, pues alcanza una motivación más allá de la simple representación del mundo. Así, su dimensión visual se explica y se construye mediante elementos como el color, la composición, la textura o la forma. No obstante, debajo del plano puramente estético subyace una corriente que aprecia en la pintura una herramienta transformadora y vinculada a otras destrezas, como la escultura. La capacidad de ambas para capturar emociones o ideas deriva en la construcción de significados y expresiones por parte del autor. En este sentido, la vertiente pictórica del arte ha invitado a un amplio abanico de artistas a explorar sus límites - de lo material a lo compositivo - para crear otros propios. Uno de ellos reside en extraer la pintura del lienzo plano donde descansa habitualmente y proyectar su propósito fuera de los cuatro extremos del marco.
A partir de este concepto, el artista vila-realense Paco Dalmau expone Verging. En los límites de la pintura hasta el próximo 20 de junio en la galería La Mercería de València. La muestra supone el 'regreso' del pintor a la Comunitat tras más de una década - desde el año 2012 - de residencia y trabajo en Róterdam. El viaje profesional de Dalmau, que le ha llevado a enseñar sus diferentes proyectos en Madrid, Ámsterdam o Miami, comenzó con una estancia en la ciudad neerlandesa, representado por la Galerie Hommes. De ahí en adelante, la trayectoria del autor se escribe a través de la serie Circuits y sus diferentes bifurcaciones, que abordan los límites de la pintura y su conjunción con la escultura o la arquitectura mediante un proceso que combina la intuición con la precisión. Entre las líneas de investigación del creador, Evolution y Borderline convergen en el espacio valenciano para salpicarlo de color a la vez que estudian asuntos como la salud mental o la identidad visual.
Experimentar la pintura
Las obras de Paco Dalmau 'habitan' la sala de La Mercería desde el pasado 9 de mayo, cuando se desvelaron en una inauguración "sencilla e íntima, en consonancia con la galería". A tal efecto, el pintor de Vila-real alude a la facilidad del espacio para "combinar los cuadros" y se detiene en el aspecto "especial" de exponer cerca de casa. "Viene la gente que te conoce de toda la vida, que te ha seguido siempre y sabe lo duro que es llegar a cierto nivel", afirma Dalmau, que señala las diferencias entre el plano internacional y el local. "Cuando muestro mi trabajo en Estados Unidos o en Países Bajos está muy bien, pero estar rodeado de tu familia y amigos es diferente". Este cariz emocional de la labor del artista se traslada a sus obras, donde se aprecia la traducción de los sentimientos según distintos filtros de colores. "La colección comenzó como un proyecto de pinturas abstractas al óleo, más formales", explica. "Con el tiempo, empecé a experimentar para transformarlas y darles una segunda identidad".

- Evolution 40 XV, de Paco Dalmau
Bajo esta premisa, el vila-realense introdujo en su 'paleta' materiales "no convencionales" - de resinas de metacrilato a geles - mezclados con distintos pigmentos. Progresivamente, desde la primera serie, Return, hasta la última, Evolution, la experiencia ganada ha derivado en la eventual "hibridación" de la pintura y la escultura visible estos días en València. "Planteo mis obras como pinturas, pero la forma de trabajarlas es escultórica", detalla Dalmau. "Cuando aprecias las piezas en persona, se observa una profundidad real y tridimensional". Además, los elementos expuestos testifican, entre capa y capa, la labor del autor y la "memoria" de cada una de sus sesiones. Por otro lado, en Borderline, el pintor afincado en los Países Bajos rompe los vértices del cuadro para atajar el "descontrol de las emociones", fundamentado en la investigación recogida en el libro Psicología del color, de la alemana Eva Heller. El análisis no sólo ahonda en el significado de los colores, sino también en cómo afectan a la razón.
Un sistema planificado
El proceso de creación en el estudio de Paco Dalmau surge generalmente de un plan preconcebido. En este sentido, en la etapa primigenia de su trayectoria, el artista buscó un "sistema" para alcanzar la "personalidad" que aspira a transmitir en las piezas de la serie. Así, el vila-realense divide su taller en distintas áreas o fases, que empiezan con la preparación de un equipo "propio". "Siempre estoy en o con los materiales desde el principio", asegura. El autor emprende un camino "lento" e intercalado, donde centra su atención en varias obras al mismo tiempo, aunque se muevan a un ritmo diferente. "El esquema se divide en un 70% de esquema fijo y en un 30% de diálogo con los materiales y el color", destaca Dalmau. De esta manera, la relación con las herramientas provoca una singularidad en los trabajos, aunque partan en su totalidad de un lugar común. "El planteamiento siempre es pictórico, pero al final termina convirtiéndose en una escultura para colgar en la pared".

- A Borderline of Nogal, de Paco Dalmau
Al respecto, la idea del pintor se consolida en obras que estiran la pintura hasta separarla en pequeñas divisiones contiguas que forman una noción superior. El relieve presente en las piezas de Dalmau permite llevarlas más allá de los murales y abre la puerta a realizar instalaciones. De hecho, la vida profesional del creador ya discurre entre el estudio, su "pan de cada día", y esporádicos proyectos de arte público en los Países Bajos. Allí, el autor comparte su labor pictórica con colegas como Jochem Rotteveel, cuyo trabajo acompaña y completa al de Dalmau en la galería valenciana. "Somos prácticamente vecinos; él trabaja con colores planos y está ligado a la corriente neerlandesa del constructivismo". Del mismo modo, el artista procedente del sur de Róterdam busca "crear volúmenes y formas escultóricas" a partir de piezas metálicas. "Combinamos porque buscamos ir al límite de la pintura". En definitiva, Paco Dalmau sondea las fronteras del arte y el color en La Mercería de València hasta el próximo 20 de junio.