VALÈNCIA. El vicepresidente segundo de la Generalitat y conseller para la Recuperación Económica y Social, Francisco José Gan Pampols (Figueres, 1958), se ha propuesto afrontar la gestión de la recuperación tras la Dana sin bandera políticas y con un enfoque técnico. Para hacer balance de los seis meses transcurridos desde la Dana con la mirada puesta en el futuro, el teniente general en la reserva recibe a Plaza en su despacho de la antigua maternidad de La Cigüeña, en Valéncia, donde luce en la solapa una insignia del Cuartel General Terrestre de Alta Disponibilidad (CGTAD), con sede en el Cap i Casal, que estuvo bajo su mando durante más de dos años y medio.

En esta entrevista dividida en dos partes, el encargado de planificar y coordinar la reconstrucción desde la Generalitat, muestra en esta pieza la parte más personal de su experiencia en política, que tiene fecha de caducidad aproximada.

En la primera parte de la entrevista, titulada: "No comprendo que ante un desastre no haya una coordinación plena entre la istración del Estado y la autonómica", Gan explica las dificultades que se está encontrando y adelanta algunos detalles de lo que será el definitivo plan de reconstrucción que presentará en junio.

 

Cuando aceptó el cargo, ¿pensaba que meterse en política iba a ser como ha sido?

Cuando acepté el cargo dije que no quería entrar en política. Fue a lo mejor un poco naíf la forma de expresarlo, pero dije que yo venía a trabajar con criterios de carácter técnico y no de carácter político. O sea, no iba a atender a cuestiones de bandería o partidismo, si este tiene una bandera de un color y aquel de otro, primero estas y después aquellas... No, es la necesidad y la capacidad la que marca la prioridad, son los técnicos a los que hay que escuchar para tomar decisiones y llevarlas al terreno, y luego, siendo consciente de que al formar parte de un órgano político tenía una responsabilidad política, pues si formo parte del Consell tengo una responsabilidad porque es un órgano colegiado, pero no quería entrar en ningún caso en la crítica política. En ningún caso. Y no he entrado.

¿Qué es lo que peor ha llevado de lo que usted se ha encontrado, lo que ha visto, las reacciones...?

Pues yo creo que, como todas las personas, lo que peor llevo es ver la ideología por delante de la razón, cuando no es la razón la que alumbra las decisiones, las preguntas, las tomas de posición... Y es una cuestión directa de orejeras y un solo mensaje, un solo contenido.

¿Se ha arrepentido alguna vez de haber aceptado el cargo?

No.

¿Y ha pensado dejarlo en algún momento? En el sentido de: me voy ya.

No, salvo que no pueda hacer. En el caso de que me digan no puedes, no puedes, no puedes... pues si no puedo, no hago nada. Me voy.

¿Le incomoda la batalla política alrededor de la reconstrucción?

Mucho, muchísimo.

El día que presentó el informe de diagnóstico en el Palau de la Generalitat no acudió ningún representante del Estado, y estaban todos invitados. ¿Le molestó aquello? ¿Cómo se sintió? Sobre todo, el hecho de que no fueran representantes de los cuerpos de seguridad del Estado ni del Ejército, al que usted pertenece...

Me pareció absurdo en el sentido de que presentar un diagnóstico sobre un problema no tiene color, y el que estuvo supo que no tenía color cuando lo vio.

¿Cómo es su relación con los grupos de la oposición?

Pues respetuosa y directa. Me preguntan, contesto. Procuro implicarles, hablo con algunos de ellos de forma más directa, no tengo mala relación.

Pero, aparte de lo que vemos en Les Corts, el ruido y el enfrentamiento que es habitual en las cámaras parlamentarias, ¿fuera de eso hay comunicación?

No... no, porque no ha surgido.

¿Aguanta mejor las críticas de la prensa?

Yo acepto toda la crítica cuando es constructiva. Quiero decir, una crítica es un análisis de una realidad desde un punto de vista y aporta una solución. Las acepto todas. Podré estar o no de acuerdo, pero a todas las tomo en consideración. Pero algunas críticas... cuando es la ideología la que adelanta la razón, no es una crítica.

Hace mes y medio, al tiempo que mostraba su apoyo Mazón, Vox le llamó a usted "infiltrado del traidor Sánchez".

(Ríe) Bueno, irrelevante.

Fue por unas declaraciones sobre inmigración. ¿Usted comparte la política del Consell respecto a la inmigración?

Cuando se lee la política del Consell pormenorizadamente, sí, como no puede ser de otra manera. Una inmigración que sea de carácter regular, ordenada, atendida, que disponga de las mismas condiciones, ¿cómo no? Si España es un país demandante nato de mano de obra, a pesar de que es una paradoja por el número de parados que tenemos, pero bueno, vemos la realidad. ¿Cuál es la realidad? ¿Cuáles son los trabajos que realizan esas personas que vienen en busca de un futuro y lo hacen de forma ordenada? Es decir, no entran dentro de la parte irregular del mercado de trabajo sino que entran, se regularizan, se forman... pues están haciendo los trabajos que los españoles no quieren hacer, por lo que sea. Tendremos que tener a alguien que los haga. Lo importante es que sea de una forma ordenada, regular, atendiendo a sus necesidades, integrándolos... un modelo de integración para que la convivencia se garantice, y la supervivencia.

En el caso de los menores extranjeros no acompañados la Generalitat ha mostrado una postura más dura frente a frente a la acogida de menores por ejemplo de Ucrania.

Creo que esto no tiene que ver con la postura del momento sino con el esfuerzo, con la distribución del esfuerzo. No es mi área de competencia, pero yo tengo los datos que proporcionó la vicepresidenta primera, que es la responsable de asuntos sociales, y dijo: "Nosotros tenemos esta capacidad y estamos sobrepasados en la capacidad de acogimiento de inmigrantes". Tenemos también algunas cifras que convendría que conociera la ciudadanía sobre cuánto cuesta un menor no acompañado en un centro por día. Es importante que la ciudadanía sepa que es un esfuerzo solidario, muy loable, pero que lo pagamos todos.

Usted dijo que se iría cuando el plan estuviera en marcha y antes, en todo caso, de la próxima campaña electoral.

Con toda seguridad.

Dado que parece que estamos en permanente campaña, podría ser un poco más concreto.

Pues mire, yo calculo que el plan, si arranca normalmente, tiene que estar en velocidad de crucero entre el último trimestre de año y el primero del año que viene, y en ese momento, cuando todo esté normalizado, la razón de ser de esta conselleria desaparecerá. O sea, la razón de ser de esta conselleria era ser un elemento transversal que tuviera la capacidad para planear coordinadamente acciones que están distribuidas en todas las consellerias.

O sea, que usted se iría para que desapareciera la conselleria...

Claro, a lo mejor no las actividades de seguimiento que se integrarían... pues lo que decida el presidente: quiero mantener una conselleria y me la quedo en Presidencia porque quiero llevar el desarrollo del plan de la mano; o voy a distribuirla y la parte de seguimiento del plan se la voy a dar a la que tiene más peso específico que puede ser... no lo sé. Ya en su momento pensaremos más despacio. En función de cómo avancemos, que esto es lo importante, determinaremos cuáles son los siguientes pasos.

¿Y se iría si dimitiera Mazón?

No, porque yo no he venido por una cuestión de carácter personal. Vine porque se me pidió realizar una tarea, no para una persona, sino para una comunidad; lo que haría sería inmediatamente poner mi cargo a disposición.

¿Cree que va a dimitir?

No veo razón.

Se la piden mucho.

Bueno, pedimos tantas cosas...