Comer

HAY ALGO NUEVO EN CASTELLÓN

Barriga, la nueva tasca que da vida al centro de Castellón

Un nuevo restaurante resuena entre las recomendaciones gastronómicas de Castellón en este 2025. Es en el centro de la ciudad, donde Paco Llansola como maestro de ceremonias y Naira Herraez como jefa de cocina, llevan desde el pasado marzo dando vida a Barriga. ¡Y qué vida!

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Eclipsada en numerosas ocasiones por sus hermanas mayores (Valencia y Alicante) o por localidades vecinas como Tarragona o Barcelona, Castellón cada vez tiene más motivos para ser posicionada en el mapa y disfrutar de su gastronomía en cuanto la ocasión nos lo permita. 

 

Y no, no hablamos de acercarnos hasta localidades castellonenses como Altura, Sagunto, Alcocebre, Benicàssim o Burriana para darnos un buen festín; esta vez no hará falta que salgamos de la ciudad de Castellón de la Plana. Es en el centro de la misma, en la esquina que converge entre la calle Escultor Viciano y la conocida calle Temprado (famosa por albergar joyas como la tasca japonesa Izakaya, Le Bistrot Gastronómico, la tasca La Posada o el restaurante Sabortija) donde Barriga lleva haciendo de las suyas desde el pasado 14 de marzo. 

 

Una de las aperturas más sonadas en la capital de la Plana en lo que llevamos de 2025; pensada como tasca, pero dispuesta a ofrecer el máximo producto de calidad haciendo especial hincapié en los pescados y mariscos, pero sin olvidar la huerta y el campo. 

 

Tras este proyecto encontramos a su creador Paco Llansola Peris que un día soñó con Barriga y no ha parado hasta hacerlo realidad. A su lado, su hermano Jacobo Iglicke Peris y su amigo Manuel Díaz Ortega como socios inversores. 

 

La última en unirse a esta aventura gastronómica fue Naiara Herraez Martínez que tras formarse en Formentera durante más de una década, junto con la chef Ana Jiménez del restaurante Quimera y vivir también una temporada en México, ha decido volver a su lugar de origen como jefa de cocina de Barriga para demostrar que también podemos hacernos un hueco jugando en casa y que no hace falta irse lejos para conseguir el reconocimiento que nos merecemos a nivel profesional. 

 

Todos ellos, junto con el resto del equipo, conforman un restaurante que está en plena ebullición y en el que conseguir mesa ya no es tarea sencilla si no hablamos de a tres semanas vista. Prometemos que la espera merecerá la pena, ¡palabra! 

 

  • Fotos: Camila Stornini

 

 

El sueño de Paco Llansola hecho realidad

 

Hace tiempo que el protagonista de esta historia, tenía a Barriga en su cabeza. No con ese nombre, no con ese equipo y quizá no en ese local, pero sí un concepto que poco a poco ha ido dando forma hasta crear lo que conocemos en la actualidad. 

 

Tras una trayectoria profesional que nos lleva por destinos como Inglaterra, Lanzarote, Ibiza, Barcelona y, cómo no, Castellón, donde Paco Llansola (Benicàssim) ha ido combinando sus trabajos en hostelería con los de marketing musical y comunicación en festivales, fue en 2024 cuando el destino hizo de las suyas y le cruzó con Manuel Díaz en su camino. 

 

“Con el estrés en mi día a día y sabiendo que mi rutina no estaba destinada a estar delante del ordenador, necesitaba un cambio de vida. Llevaba mucho tiempo rondando en mi mente la idea de hacer un restaurante con platos creativos, pero donde la esencia fuera el producto. Es así como un día por Castellón me encontré con Manu y me dijo que si en algún momento tenía que hacer algo de restauración solo lo haría conmigo y con otro amigo. Al final fuimos hacia adelante y el resto es historia”,  cuenta a Guía Hedonista Paco Llansola, uno de los socios fundadores de Barriga. 

 

Por su parte Manuel Díaz, además de dedicarse a la industria de la cerámica y del azulejo, lleva años implicado en el mundo de los eventos y del ocio donde ha levantado desde festivales a discotecas. “Por trabajo siempre me muevo mucho por España y la gastronomía ha sido uno de mis pasatiempos favoritos en todos esos viajes.  Al encontrarme un día con Paco surgió este proyecto y decidí meterme de lleno. Lo conocía desde hace muchos años, pero nunca habíamos trabajado juntos; aunque siempre he tenido claro que si hacía algo así, iba a ser con él”, reconoce uno de los socios inversores de Barriga.  

 

La tercera pieza del proyecto, Jacobo Iglicke (hermano de Paco Llansola por parte de madre) es quien se ha encargado, siguiendo su trayectoria laboral, de todo lo relacionado con la imagen visual del local a nivel expositivo y con el escaparate (o gran ventanal) que es una parte fundamental del establecimiento. 

 

  • Fotos: Camila Stornini

 

Con la terna formada, fue en diciembre de 2024 cuando se hicieron con el local que en su día habitaba el restaurante La Monumental, especializado en frituras y mariscos. Fue necesario mes y medio de obras para poner a punto un espacio mucho más diáfano, con una gran cristalera que permitiese ver lo que acontecía en el interior y con una cocina abierta al público. La llegada de Naiara Herraez fue un match perfecto, la pieza que faltaba al proyecto. Y fue así como un 14 de marzo abrieron, justo una semana antes del pistoletazo de salida de la Magdalena, las fiestas mayores de la ciudad. 

 

“Queríamos rodar una semana y luego hicimos un máster con Magdalena y aprobamos con éxito. Si hemos sobrevivido a esa semana creo que podemos con todo la verdad, porque madre mía. Dábamos servicio a 90 personas para comer y 90  para cenar, en dos turnos diferentes, en tan solo una semana de rodaje. Fue una auténtica locura, pero la verdad es que estamos súper satisfechos con el resultado inicial”, reconocen a Guía Hedonista. 

 

El nombre ya te puedes imaginar. Barriga llena, corazón contento. “Queríamos que fuera un juego de palabras divertido, en un sitio donde la comida fuera buena, pero que además la clientela viniera a pasárselo bien. En un inicio era Bar Riga, pero gustó tanto el nombre junto que decidimos mantenerlo así. Al final más que un bar, queríamos que fuera una tasca y por eso nos dimos cuenta que nos venía bien esa pequeña actualización, donde se hiciera referencia al placer por el comer”, reconoce Paco Llansola. 

 

Producto, producto y producto 

 

¿Y con qué nos vamos a encontrar en Barriga? Tal y como reza su propia biografía de Instagram y como proclaman sus fundadores a los cuatro vientos: “producto, producto y más producto”. 

 

Porque aquí no se andan con chiquitas, una gran pizarra (la carta impresa no les duró ni 24 horas) protagoniza la sala justo arriba de la barra que da a la cocina con los platos escritos a tiza; algunos de ellos fijos y otros que pueden cambiar a diario a modo ‘fuera de carta’. En Barriga nos encontramos con una gran apuesta de la gastronomía local con algunas pinceladas puntuales de otras partes de España como la carne que proviene de Galicia, pero poco más. Mucha lonja, campo y huerta de Castellón, las anchoas de Vinaròs, clóchina valenciana o las tellinas, los canyuts (navajas pequeñas típicas del Delta del Ebro) y las cigalas que llegan directas de Sant Carles de la Ràpita (oficialmente La Ràpita) en la provincia de Tarragona, pero colindante a Castellón. 

 

  • Fotos: Camila Stornini

 

Tenemos un 60% de la carta que siempre es fijo y un 40% del producto que va variando en función de lo que nos llegue cada día”, reconoce Paco Llansola. Ésta se va a modificar cada temporada y ya nos vaticinan que el próximo septiembre harán el primer cambio. 

 

Mención especial para sus gambas rojas El Paraíso, que reciben el mismo nombre que el barco que las pesca. “Es uno de los barcos más potentes de Castellón y él es nuestro proveedor exclusivo de gambas, por eso decidimos ponerle al plato el nombre de la embarcación. Es el mismo proveedor que en su día era para La Monumental, que estaba especializado en pescado frito y marisco”, cuenta a Guía Hedonista Paco Llansola. 

 

También se notan los años en Formentera de Naiara Herraez y parte del equipo de cocina, pues suyos son el bogavante con huevos fritos y patatas o el calamar a la bruta con sobrasada. ¿Y las joyas de la corona? En lo que llevan de rodaje, el primer puesto se lo lleva la sepia enterita del Grao de Castelló con unas 800 piezas vendidas en total, unas 40 unidades al día. Le siguen otros platos como los huevos estrellados con chistorra, espárragos verdes y boniato; el steak tartar sobre pan de cristal; y los canyuts, ya mencionados unas líneas más arriba. 

 

  • Fotos: Camila Stornini
  • Fotos: Camila Stornini
  • Fotos: Camila Stornini

 

Podemos cerrar la comida o cena con algunos de sus postres como la cheesecake de gorgonzola y calabaza; el brioche de chocolate casero, cacao en polvo y aceite de oliva y sal; o la ganache de helado de frambuesa, lima y manzana verde. Y por supuesto, que no falte en la sobremesa el tradicional carajillo (¡el auténtico!) o un digestivo como su limoncello que lo hace casero, un italiano residente en Castellón. 

 

“En Barriga, en cuestión de producto, cuanto menos es más. En estos momentos nuestra principal prioridad es hacer disfrutar a la gente que se está sentando en torno a la mesa. Para mí este proyecto ahora mismo lo es todo, hace unos meses no tenía ninguna intención de involucrarme en algo así y ahora estoy metida hasta el fondo”, reconoce emocionada Naiara Herraez. 

 

El éxito de Barriga, además del producto que encontramos nada más cruzar sus puertas, reside en que es un espacio que se adapta a todo tipo de público. “Para mí es muy importante el nexo generacional que ofrecemos. Jóvenes de 30 años que conviven a la perfección con personas más adultas de 65 o 70. Saber que más allá de ser un restaurante de producto, también somos un lugar de encuentro divertido y distendido, que carece de mantelería fina o etiquetas protocolarias, donde perfectamente se pueden encontrar un padre con un hijo en el restaurante con reservas diferentes, sin saber que iba a coincidir en el mismo lugar. ¡Es una maravilla! Para mí, este local es un nexo generacional y es lo más me gusta de lo que estamos creando en Barriga. ”, señala Paco Llansola.

 

Más allá de ser un restaurante de producto, también somos un lugar de encuentro divertido y distendido

 

De martes a jueves juegan además de con la carta con un menú a mediodía donde los martes es protagonista la carne, los miércoles el pescado y los jueves el arroz. Este consta de un entrante a modo picoteo, una ensalada, un principal (como por ejemplo un arroz de langostino de Vinaròs con sepia bruta), un postre y una bebida. 

 

Y especial mención se merece su bodega, una parte imprescindible de Barriga. “Aquí también queríamos desmarcarnos y salirnos un poco de lo habitual. Evidentemente tenemos vinos de la Rioja o de Ribera del Duero, pero también hemos cuidado el poder ofrecer diferentes uvas y también vinos de autor de cercanía o vinos naturales, que tan de moda están en ciudades como Barcelona, Madrid o Valencia”, reconocen.

 

  • Fotos: Camila Stornini

 

“Incluso tenemos hasta nuestro propio vino: Barriga x Dominio de Rodeno. Procedente de Azuébar, del interior de Castellón en la Sierra de Espadán, es un vino de Paraje que nos lo fabrican directamente para nosotros, con nuestra propia etiqueta. Incluso quien quiera puede llevarse una o varias botellas a casa tras la comida o la cena. Es momento de sacar pecho y de mostrar todo lo bueno que tenemos aquí a nivel de vino que todavía está pendiente de descubrir, ¡qué no es poco! ”, señalan Paco y Manu. 

 

Vistiendo el local y con el propósito de dar visibilidad a nombres de la escena emergente a nivel local y nacional, pueden presumir de contar con exposiciones temporales que cambian cada dos meses, cuyos cuadros o piezas también están en venta. En la actualidad mantienen la de Valentina Silva, artista chilena, residente en Barcelona. Y ya te adelantamos que sus botijos pintados son una maravilla. Por no hablar de la imagen gráfica del proyecto de Barriga que ha corrido a cargo de la diseñadora Arantxa Gil.  

 

Poner a Castellón en el mapa (gastronómico)

 

En definitiva, Barriga viene a recordar que tenemos Castellón para rato. Que este verano toca desviarnos un poco de la ruta antes de instalar nuestras toallas en las playas de Peñíscola, Alcocebre o Benicàssim para darnos un buen festín a golpe de marisco, entre otros. O por qué no, escaparnos una mañana de sábado o domingo para ir expresamente a comer a la capital de la Plana sin ningún plan playero de por medio. 

 

Ni en nuestros mejores sueños nos esperábamos esta acogida. Pero ahora viene lo más complicado, surfear la cresta de la ola y convertidnos en un referente. La novedad siempre llama la atención, pero no hay que confiarse, hay que mantener los pies en la tierra, reinventarse y ofrecer siempre el producto de máxima calidad. Tenemos muchas ganas de todo lo que está por llegar. Aquí no nos vamos a aburrir”, añaden. 

 

  • Fotos: Camila Stornini

 

¿Y qué nos deparan los próximos meses? El futuro de Barriga se presenta de lo más prometedor. Por el momento seguir haciendo las cosas bien y si por el camino llega algún reconocimiento en alguna guía gastronómica, de esas que tanto nos gustan, mejor que mejor. Y, cómo no, crecer, “pero todo de manera muy orgánica”, señalan.  

 

“Otro de mis sueños es montar un chiringuito en la playa, así que quien sabe. Quizá en un tiempo estamos comiéndonos también unos buenos espetos en la playa”, reconoce Paco Llansola. Con espetos o sin ellos, por el momento toca disfrutar de Barriga en cuanto tengamos oportunidad. Hace unas semanas que lo probamos y ya estamos contando los días para continuar descubriendo el resto de su carta. 

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