ALICANTE. Dicen que el que no conoce la historia está condenado a repetirla. Lamentablemente, si en muchas ocasiones no conocemos los episodios nacionales, mucho menos reconocemos a algunos ilustres olvidados que fueron fundamentales en diferentes compases de la historia. Jorge Molist (Barcelona,1951), nos trae en su nueva novela El Español (Grijalbo) la memoria de Jorge Ferragut, un personaje imponente de la Guerra de Independencia de Estados Unidos.
-¿Por qué escogió el siglo XVIII para ambientar la novela?
-La novela cuenta la historia de Jorge Ferragut, un personaje de la historia de España que es de los más desconocidos, se trata de un mallorquín que luchó en la Guerra de Independencia de Estados Unidos. Se trata de una figura a la que no se le ha hecho justicia, ni en España ni en EEUU, que si no hubiese sido por protagonistas como Ferragut, quizá los Estados Unidos nunca hubiesen conseguido la independencia.
-¿Qué elementos de la época en la que está ambientada la novela nos pueden servir para el tiempo actual?
-Quizá lo que era un absolutismo, lo que era una dictadura total en España, lo que era tener un Rey que controlaba la religión, elegía los obispos, tenía un gran poder e influencia sobre la vida de sus súbditos. Eso no sólo pasaba en España, en Francia ocurría lo mismo con los borbones, era un régimen de la época. De repente surge una revolución americana que tenía unos principios revolucionarios, propone una democracia, libertad de prensa, cosa que no había en España, el padre de la protagonista es condenado a trabajos forzados por imprimir unos pasquines. En España tuvimos el Motín de Esquilache que no era contra el Rey sino contra sus ministros.
-En la obra habla de varios personajes desconocidos en la historia de España, uno es el alicantino Juan de Miralles.
-Juan de Miralles era un gran comerciante, y tenemos que dejarlo claro, era esclavista. Ahora nos rasgamos las vestiduras con el tema de los esclavos, pero eso es caer en el presentismo, no se puede juzgar lo que pasaba en el siglo XVIII con lo que ocurre ahora. El esclavismo estaba entonces moralmente aceptado, incluso la Iglesia Católica lo respetaba. Miralles era un alicantino que triunfó en el nuevo mundo, fue una figura muy importante porque coordinó el envío de armas a los rebeldes americanos y el espionaje de España. Nuestro país supo utilizar esa guerra a su favor, gracias a ese conflicto se consiguió la mayor expansión territorial. Por otra parte fue el embajador extraoficial de nuestro país en Estados Unidos, labor que le llevó a forjar una íntima amistad con George Washington, hasta el punto de que murió en la casa del ex presidente.
-El desarrollo de la novela no se puede entender sin el enfrentamiento histórico entre el imperio español y el imperio británico, un conflicto cuya raíz estaba relacionado con las diferencias religiosas entre los católicos y protestantes, a día de hoy se sigue viendo ese conflicto en la propia Unión Europea.
-Se tomaba muy en serio el asunto de la religión, de hecho se dice que a España se la marginó por ser católica. Hoy en día continúa el conflicto entre norte y sur. Hay una confrontación de intereses, en el siglo XVIII había una confrontación de intereses, enfrentamientos comerciales, religiosos… Los británicos hacían todo lo posible por hacer contrabando en los territorios españoles, era una forma de debilitar al imperio español, por eso en Jamaica establecieron una isla de piratas para que atacara al imperio español, cuando fueron lo suficientemente grandes echaron a esos piratas que les habían hecho el trabajo gratis.
-¿Cómo fue el proceso de documentación?
-La novela surge de un enfado mío. Me dio mucho coraje que en un libro que me regalaron unos amigos sobre la Guerra de Independencia, en el que mencionaba mucho a Francia y a otros países pero no hacía nada de referencia a España. Decidí buscar un personaje que se ha olvidado en España y en Estados Unidos, que fue el único español que luchó bajo la bandera norteamericana en la Guerra de Independencia. Fue el héroe más versátil, porque empezó de capitán de barco y terminó como comandante de caballería.
Una vez elegido el personaje tengo que investigar cuáles fueron los hechos más importantes de esa época, del Motín de Esquilache, el fenomeno de la esclavitud… Tengo que documentarme bien porque no quiero inventarme nada y ser fiel con la historia. El personaje va descubriendo cosas según el lector va descubriéndolas. Hemos hablado mucho de historia, pero lo importante de una novela es que sea buena, y se tiene que crear un escenario y unos personajes a los que uno llegue a identificarse con ellos, en el momento que identificamos a las figuras de la historia con tus vecinos. Lo elemental es que el lector pase un buen rato leyendo la novela.
-¿Por qué es su novela más ambiciosa?
-He descubierto cosas según iba investigando, y toco temas que hasta el momento no había tratado en mis novelas, como la tiranía frente a la democracia. Se plantea si los americanos eran más felices con su democracia que los españoles con la monarquía. El personaje te lo resuelve, que lo importante es que la gente sea feliz, si la gente cree que el Rey Carlos III es un dios y con eso se siente seguro, eso es lo correcto. Hay que verlo todo con relatividad, no puedes mirar al siglo XVIII como si fuese el presente, no se puede caer en el presentismo pretendiendo juzgar a nuestros antepasados con los criterios modernos.
"Hay que verlo todo con relatividad, no puedes mirar al siglo XVIII como si fuese el presente, no se puede caer en el presentismo pretendiendo juzgar a nuestros antepasados con los criterios modernos"
-¿Qué es lo que más le ha sorprendido en las indagaciones a la hora de documentarse?
-Un montón de cosas. Desde la importancia que tenía Cuba en comparación al resto de urbes americanas, el desarrollo que habíamos alcanzando en España… En la historia, nuestro protagonista se va a Barcelona a estudiar náutica, pero no le iten porqué no habla castellano, por aquel entonces sólo hablaba menorquín e inglés, en esa época el catalán estaba prohibido, debía estudiar en castellano. Llega a una Barcelona que le sorprende, contempla una imponente fortaleza. Después comparas esas instalaciones militares con donde vivía la gente y te das cuenta de que era más grande la parte militar con las áreas civiles. La España del siglo XVIII es sorprendente.
-¿Hay algún período de la historia de la Comunidad Valenciana o más concretamente en Alicante que sería interesante para una novela?
-El tiempo de la batalla de Almansa, que cayó muy cerca, o el cerco a la fortaleza de Santa Bárbara por parte de los ingleses, son momentos muy épicos en Alicante. También es interesante cuando se sublevaron contra los cristianos de la corona de Castilla con Jaume I y puso orden para Alfonso X El Sabio porque los castellanos no tenían fuerza suficiente.
-¿Está preparando ya su próxima novela?
-Todavía no, pero puedo seguir dando trazos de América o probar suerte en el mediterráneo, que me siento muy de allí.