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Cuando no había streaming

'Las chicas Gilmore', madre no hay más que una

A veces, la hija era más sensata que la madre, pero era imposible no querer a ambas chicas Gilmore, Lorelai y Rory, que enseñaron a toda una generación de espectadores a ver la vida a través de los ojos de dos mujeres muy distintas

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A finales de los años noventa, la guionista Amy Sherman-Palladino se reunió con el brazo televisivo de Warner Bros para intentar vender un proyecto. Tras varios giros y cambios, el estudio lo rechazó. Pero, antes de terminar la reunión, uno de los jefazos le preguntó si tenía alguna otra idea en mente. «Una historia sobre una madre y una hija que, más que madre e hija, son amigas». La idea gustó de inmediato y le encargaron que la desarrollara. Meses más tarde, en octubre de 2000, nacía Las chicas Gilmore (Gilmore Girls), dando paso a un nuevo siglo y una nueva era. Este otoño, Las chicas Gilmore cumplirá veinticinco años. Fue una de las grandes series de los millenials, y también fue tratada condescendientemente, siendo tachada de «una cosa de chicas para chicas». Pero lo cierto es que ninguna relación maternofilial se parece a la que tenían sus dos protagonistas, la rebelde y un tanto alocada Lorelai (Lauren Graham) y su hija, la inteligente y madura Rory (Alexis Bledel).

La premisa dramática es esta: Lorelai se quedó embarazada a los dieciséis años. En contra de la voluntad de sus padres, un matrimonio de clase alta, se niega a casarse con el padre y decide cuidar de su bebé por su cuenta. Tras la inevitable bronca, encuentra refugio en un hotel, que se convertirá en su nuevo hogar. Cuando la serie empieza, Lorelai es ya la directora del hotel. Ha conseguido salir adelante y cuidar de su hija, una estudiante brillante que está a punto de ingresar en una universidad muy cara. Lorelai necesita adelantar el dinero de la matrícula y no tiene más remedio que pedirlo prestado a sus padres. Tanto Richard (Edward Herrmann) como Emily (Kelly Bishop) aprovechan la ocasión para tener el control sobre la vida de su hija y su nieta. Y ese es uno de los temas esenciales que plantea la serie. Bishop confesó que aceptó el papel porque al leer el guion se dio cuenta de que aquella hija incomprendida también había sido ella.

Inspirada en la comedia loca

Las chicas Gilmore se caracterizaba por unos diálogos brillantes y rápidos, que Sherman escribió en homenaje a las llamadas screwball comedies, películas de los años treinta en las que los diálogos volaban como flechas en la boca de intérpretes como Katherine Hepburn o Spencer Tracy. La literatura de Dorothy Parker también estaba presente en aquella esgrima verbal, que obligó a Graham y al actor Scott Patterson a dejar de fumar para poder decir sus líneas sin asfixiarse. Patterson interpretaba a Luke Danes, el dueño del restaurante al que Lorelai y Rory acuden a comer habitualmente, pero sobre todo, a tomar café. Esto es algo que Luke le recrimina constantemente a Lorelai, una forma como otra de expresar la inevitable tensión sexual que existe entre ambos. A todo esto, ni a Graham ni a Bledle les gustaba el café. Los vasos que aparecen en sus escenas estaban llenos de agua y soda, respectivamente.

Una serie arriesgada

La historia está trufada de personajes secundarios que aportaban estupendas gotas de humor. Sookie Saint James (Melissa McCarthy), la cocinera del hotel, es la mejor amiga de Lorelai, y también un desastre. Sherman quería que fuese lesbiana, pero el estudio se negó. McCarthy no fue la opción inicial para interpretar a Sookie. En un piloto, su papel lo interpretaba Alex Borstein. Muchos años después la veríamos en otra de las creaciones de Sherman, La maravillosa Mrs. Maisel. Quien sí actuó en Las chicas Gilmore fue su marido Jackson Douglas que, en uno de esos vuelcos de realidad que acomete a veces la ficción, se convierte en marido de Sookie. Lane Kim (Keiko Agena), la mejor amiga de Rory, es otra de las presencias estelares junto con Paris Geller. La actriz que hace su papel se presentó a la prueba para ser Rory. No encajaba en ese personaje, pero los productores quedaron tan impresionados con su talento que pidieron que se escribiera un personaje para poder tenerla en la serie. Ella es la alumna clasista de Chilton, que pone en aprietos a Rory solamente porque la considera de clase inferior. El clasismo es otro de los temas clave en Las chicas Gilmore.

La acción transcurría en el pueblo ficticio de Stars Hollow (Connecticut), donde hace frío y a menudo nieva, pero el rodaje se realizó en Bubank (California), el último rincón de la tierra donde alguien necesitaría abrigos o bufandas. Las chicas Gilmore se convirtió en un éxito inmediato. Su talante feminista encajaba perfectamente en una nueva era para la televisión, la de las plataformas de pago, que permitían desarrollar temáticas arriesgadas. Aunque cada tanto se habla de algún reboot, de momento no hay planes para que vuelvan de nuevo, pero sus fans siguen recordando a Lorelai y a Rory con iración y cariño.

Música, clave en la serie

Sam Phillips se encargó de la banda sonora, pero en cada capítulo sonaban temas de gente como Sonic Youth, La’s, Mazzy Star, PJ Harvey, XTC, Elvis Costello, Big Star, Sparks, Yo La tengo, Belle & Sebastian o The Shins. Rory era fan de Macy Gray, y el músico Grant Lee Philips, del cual suenan también varias canciones, llegó a aparecer haciendo de músico callejero en un capítulo.

La serie en datos

Duración: Siete temporadas emitidas entre octubre de 2000 y mayo de 2007. La 2 la incorporó en 2003 a su parrilla nocturna.

Reboot: Casi diez años después de su cancelación, las chicas Gilmore volvieron a la pantalla con la miniserie A Year In The Life

Premios: Lauren Graham obtuvo, en 2002, el Globo de Oro a la mejor actriz. 

La sintonía: Where You Lead, de Carole King, en una nueva versión que su autora grabó para la serie.

¿Cómo verla?: En Amazon Prime y Netflix.

* Este artículo se publicó originalmente en el número 126 (mayo 2025) de la revista Plaza

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