VALÈNCIA. Cuando uno tiene catorce años empieza a comprender, cada vez mejor, la importancia de cuidar el mundo que le rodea y respetar los espacios. Es una edad en la que uno se da cuenta de que no va a hacer más que crecer, y en la que empieza a reflexionar sobre la importancia de concienciar a su entorno sobre ellos. Hay un dicho popular valenciano que asegura que “tota pedra fa paret”, lo que explicado a los más niños sería algo así como “granito a granito, se hace caminito”. 

La ecología, la naturaleza y la lucha contra el cambio climático está plagada de todos estos lemas, que hablan sobre como la unión hace la fuerza y ayuda a proteger el mundo. Aunque parece un reto casi imposible de asumir en València, el festival 10 Sentidos ha optado por dedicar su 14º edición a la defensa de la naturaleza a través de las “artes vivas” con su lema propio: Naturaleza viva.

Un claim muy potente que aplican a toda su programación: desde la parte visible a través de sus más de treinta y cinco propuestas hasta la parte más invisible como el transporte sostenible para los invitados al hospital, su cartelería en cartón reciclado y la eliminación de su programa de mano, que esta vez vive solo en la web. 

Al tomar esta decisión hacen que este lema se eleve y se comprenda en todas sus facetas, que estarán presentes también en las dos próximas ediciones del festival, dando paso así a una nueva “trilogía” que versa sobre la naturaleza. Tal y como lo explica Meritxell Barberá, codirectora del festival junto a Inma García, se trata de un lema que aborda la problemática del calentamiento global desde la danza y el movimiento a través de todo tipo de propuestas y colaboraciones.

“Es fundamental que el festival se preste a su lema, y que ciencia y cultura caminen de la mano. Hay muchos creadores y creadoras que reflexionan sobre el cambio climático porque el mundo del arte está preocupado por esta situación”, explica, a lo que García añade que existe una “conexión increíble entre ciencia y arte” que aún está por explicar. “Nos interesa generar un festival más sostenible en todos los sentidos de la palabra, para ello trabajamos también con expertos -como Andreu Escrivà del Observatorio del Cambio Climático- que ayudan a dar forma a esta idea a través del arte y la divulgación”. 

Trabajando bajo esta filosofía de la “sostenibilidad de las ideas” esta primera edición está plagada de proyectos que reflexionan sobre la ecología, la naturaleza y el peligro del cambio climático desde todo tipo de vertientes. Pasando desde proyectos que trabajan siempre bajo la filosofía del respeto por los espacios como Hort-Art -en el que trabajan Alex Guerra y Pere Bodí- hasta las coreografías de Adriana Tironi, quien inspirada por sus tías invidentes trabaja en la pieza Nubla. En esta busca describir a través de la poética un paisaje para aquellas personas que no lo pueden ver: “Juego a través de la imaginación y otros códigos para traducir la belleza de las imágenes al público invidente. Me centro en cómo enseñar una coreografía a través de las palabras”, explica la creadora. 

Programación

Todo esto va de la mano de una programación que podrá verse en diferentes espacios de toda València, incluyendo entre ellos el CaixaForum Valencia, La Rambleta, la Sala Off, Espai Inestable y el Centre del Carme. Lugares que acogerán las actividades que se plantean en esta 14ª edición que van desde instalaciones site specific hasta actuaciones de danza, como no puede ser de otra manera. Por su parte el claustro del Carmen presenta Embolismo por soleá de Paula Bruna, una exposición de vinilo y audio que explora las “subjetividades vegetales a través de la fusión de artes visuales, ciencias biológicas y flamenco”. Estará acompañada por la instalación inmersiva Inside de Dimitris Papaioannou, que podrá verse hasta el 14 de mayo. 

Respecto a las actuaciones de danza cabe destacar como el 16 de mayo el continente africano se convierte en eje temático de varias piezas. Por un lado Flood de Taiat Dansa conecta las inundaciones de Durban con las acontecidas en València. También se podrá disfrutar este día del espectáculo Droits de la nature de Pisco, que fusiona hip-hop con danza tradicional para “denunciar la destrucción ambiental”. El 17 de mayo es el turno del taller intergeneracional El pasado que viviremos, que busca abrir un diálogo entre personas de diferentes edades para preguntarse sobre el presente e, inevitablemente, cómo será el futuro. El 18 de mayo la compañía Irene de la Rosa presenta su espectáculo Antoñita, inspirado en la historia fascinante de La Singla, una bailaora sorda que, a pesar de su sordera, se convirtió en una de las grandes figuras del flamenco por su manera de sentir el ritmo.