Comunitat Valenciana

En el interior de Cortes-La Muela, la central hidroeléctrica valenciana que 'encendió' España tras el apagón

Se trata de la mayor infraestructura de bombeo de Europa, con una inversión superior a los 1.200 millones

  • Cortes-La Muela.
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VALÈNCIA. La mañana del 28 de abril transcurría con la cotidianidad de un día festivo en València. El antiguo cauce del río Turia estaba abarrotado de familias con juegos, los calles de la ciudad acogían a miles de transeúntes que disfrutaban de una jornada de descanso y las terrazas servían sin parar los primeros aperitivos. El día acompañaba con un sol imponente que asomaba con fuerza, dejando a un lado las lluvias de las últimas semanas. Nada hacia presagiar que a las 12.32 horas España se apagaría por completo con un fundido a negro histórico del que tardaría cerca de diez horas en reponerse. Pero así fue y los ciudadanos se vieron sorprendidos por un apagón eléctrico, un hecho inédito en la historia del país. Un capítulo más en la larga lista de acontecimientos insólitos que han sucedido en los últimos tiempos y que, hasta ahora, solo parecían posibles en la ciencia ficción. Y, en la recuperación del servicio, fue una pieza clave el complejo hidroeléctrico valenciano Cortes-La Muela, una de las primeras instalaciones en ponerse a funcionar de forma inmediata, lo que permitió arrancar el 'cero eléctrico' y restablecer la electricidad en España.

Ubicado en las montañas de la localidad valenciana de Cortes de Pallás, la central Cortes-La Muela asoma imponente en el paisaje valenciano, sobre un cañón de aguas azul turquesa del río Júcar. Su inmensidad sobrecoge, no solo por su tamaño, ocupa cerca de 800 hectáreas, sino por la precisión de esta obra de ingeniería, operada por Iberdrola, y cuya primera fase se inició a principios de los años 80. De hecho, durante sus primeros años, apenas funcionó y únicamente se activaba para labores de mantenimiento, pero ahora, 45 años después de colocar esa primera piedra, no solo ha permitido levantar de nuevo el sistema eléctrico, sino que contribuye a la generación de energía limpia, sostenible y verde. Además, y tras una inversión superior a los 1.200 millones de euros, es la hidroeléctrica más grande de Europa, con más de 1.800 MW en turbinación y 1.293 MW en bombeo.

El complejo cuenta con la presa de Cortes, con una altura de 116 metros, un formato tipo arco-gravedad y con una potencia instalada de 290 MW y las dos centrales hidroeléctricas La Muela I y la Muela II, ambas subterráneas en caverna. Asimismo, cuenta con un depósito superior, a modo de embalse de agua, que se encuentra a más de 500 metros de altitud, y que actúa como una enorme batería natural, almacenando electricidad en forma de agua, con una reserva energética de 24GW, lo que ofrece una capacidad de abastecer el consumo diario doméstico de cerca de siete millones de personas, unos 700.000 hogares. Es precisamente esa energía almacenada la que permitió la rápida reactivación y puesta en servicio de la central, en solo unos minutos, tras el apagón.

Una de las características del funcionamiento de Cortes-La Muela es la flexibilidad, ya que es reversible, es decir, en momentos de alta demanda eléctrica libera agua desde este depósito superior hacia el embalse de Cortes de Pallás, a través de una enorme tubería forzada que permite salvar un desnivel de 500 metros, generando electricidad mediante su sistema de turbinas. En cambio, cuando la demanda baja y la energía es más barata, el proceso se invierte y se bombea el agua de nuevo al embalse superior, también conectados por otro conducto. 

  • Depósito superior de Cortes-La Muela.

Aquel 28 de abril arrancó como cualquier otra jornada, pero a mediodía llegó la caída. La respuesta fue inmediata. Y es que esta central tiene capacidad de arranque autónomo, aprovechando la energía de su depósito superior, una ventaja con la que no cuentan todas las infraestructuras hidráulicas de España. Por ello, esta es una de las primeras en activarse y verter energía a la red. Además, está preparada para cualquier situación porque se hacen simulacros periódicos para anticiparse a todos los escenarios posibles. Cierto es que el apagón total era algo impensable, pero había preperación. En estos tiempos nada es imposible y se activó el protocolo.

"Cuando vimos que estábamos frente a un cero energético nos pusimos en marcha como está indicado en los procedimientos de reposición del servicio. Es algo inmediato. Estamos preparados porque sabemos que somos una instalación crucial", explica Borja González, director de Generación Mediterráneo de Iberdrola, a un grupo de periodistas durante una visita a las inmediaciones de Cortes-La Muela, en la que también participaron Elías Carpio, jefe de la central Cortes-La Muela, y María Diana, del Servicio Técnico de Generación Mediterráneo de Iberdrola.

De este modo, la restauración del suministro a nivel general en el país se realiza de manera gradual, pero se inició identificando las centrales con arranque autónomo, como la valenciana, por la inmediatez de su respuesta. Solo unos minutos. Además, su 'gigabatería' natural es vital en el proceso de reinicio. Con las primeras fuentes de generación operativas, el siguiente paso es la formación de islas eléctricas independientes, es decir, áreas locales en las que abastecer de energía mientras la red general permanece desconectada. "Cada isla debe estabilizar su frecuencia y tensión antes de avanzar en el proceso de reconexión", puntualiza González.

En el caso de Cortes-La Muela, su potencia alcanza a toda la Comunitat Valenciana, Murcia, así como a algunos puntos de Castilla-La Mancha y Aragón. La sincronización de estas islas es progresiva para que se vayan interconectando con otras islas ya creadas y estables para ir recuperando la electricidad. La prioridad es evitar desequilibrios que generen nuevos incidentes en la red. "En el caso de Cortes-La Muela, una vez que sus grupos hidroeléctricos han arrancado, Red Eléctrica indica cuándo deben conectarse a la red de transmisión para que la luz llegue a las zonas establecidas en este plan de reposición de la zona Levante. Y, además, permite que otras centrales hidroeléctricas también se conecten a la red. Todo debidamente procedimentado", remarca el experto. Una agilidad que permitió encender de nuevo la Península con el 'enchufe' crucial de esta infraestructura valenciana.

  • La central Cortes-La Muela.

El proyecto inició la construcción de su primera fase en 1983, pero no fue hasta siete años después cuando estuvo operativo. Entonces, se instaló la presa de Cortes de Pallás y la primera central hidroeléctrica, bautizada como La Muela I, con 634 MW de potencia en turbinación y 549 MW en bombeo. También, se levantó el depósito superior, que sirve de gran almacén de energía y que ocupa más de un millón de metros cuadrados, con una longitud cercana a los cinco kilómetros. Para la construcción de estas primeras instalaciones hicieron falta centenares de trabajadores que se hospedan en un residencial que se levantó muy próximo al complejo. Actualmente, se utiliza principalmente para visitas y para alojar a los empleados durante las labores de mantenimiento.

En 2015 se amplió esta obra con la incorporación de una segunda central hidroeléctrica, La Muela II, que ofrece una potencia instalada de 880 MW en turbinación y 744 MW en bombeo. Tanto esta segunda como la primera son subterráneas, en cavernas, y para su construcción se excavaron 635.000 metros cúbicos y 270.000 metros cúbicos, respectivamente. Están a 60 metros por debajo del embalse de Cortes de Pallás y su interior se compone de inmensas galerías bajo tierra, en las que se ubican sus siete turbinas. Funcionan a 600 revoluciones por minuto y son las encargadas de transformar la energía mecánica en eléctrica. 

Un equipamiento diseñado expresamente para esta central, ya que no hay máquinas iguales en este tipo de obras hidroeléctricas. Cada equipo se diseña en función de las características de cada proyecto, como el caudal del río sobre el que se va a construir o los saltos que tiene. No existe, por tanto, un sistema estandarizado, lo que evidencia la tecnología que entrañan este tipo de infraestructuras.

  • Caverna de la central La Muela II.

Para entender la magnitud del proyecto, solo para la puesta en servicio de La Muela II en 2015 se excavó inicialmente un túnel de 400 metros desde el cual se abren tres galerías para conformar la bóveda. Solo el espacio que ocupan el grupo de turbinas de esta central es mayor que el estadio de fútbol Santiago Bernabéu. Además, por debajo de la misma, se perforó una cavidad de 115 metros de largo, 50 metros de alto y 20 metros de ancho, unas dimensiones capaces de alojar a la mismísima Catedral de València. Esta ampliación del complejo supuso 270.000 metros cúbicos de excavación y 90.000 metros cuadrados de hormigón, que tuvieron que ser cargados por más de 15.000 camiones.

En cualquier caso, no solo la central hidroeléctrica sirvió de empuje para 'encender' España, sino que supone el 6% de toda la generación de energía hidráulica a nivel nacional. Esta tecnología supone el 13% de toda la energía generada en la Península en el año 2024, que fue de 262.247 GWh. Por su parte, la Comunitat Valenciana generó 15.156 GWh en 2024, un 64% de fuentes no renovables frente al 23% procedente de energía verdes. Por tecnología, la hidráulica representó el 3%, siendo la tecnología mayoritaria la nuclear, el 52%; seguida del ciclo combinado, el 19% del total; la eólica, 14%; la cogeneración, 6%; y la solar fotovoltaica, un 4%. Una 'megaobra' que suministra electricidad diaria a muchos hogares en España desde el interior de la provincia de Valencia y que fue vital en uno de los momentos más vulnerables del país en los últimos años.

 

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