VALÈNCIA. La desaparición de la feria internacional Cevisama, principal certámen de la cerámica en España, ha supuesto un jarro de fría para el tejido empresarial. No solo la industria cerámica sufre el golpe, sino que esta decisión tendrá un impacto en otros sectores como el hotelero y hostelero de València, por el gran impacto que tenía el evento en la ciudad. Por ello, desde Cámara Valencia lamentan su pérdida y piden a Feria Valencia y, por tanto, a la istración Valenciana, al ser una entidad pública, una política de reactivación de la actividad en el recinto valenciano para compensar el adiós de esta muestra, que pasará a integrarse con la Feria Hábitat, Textilhogar y Espacio Cocina bajo el nombre de Cevisama Contract en septiembre de 2026. 

"Es una mala noticia la desaparición de un certamen como Cevisama, no solo por el fin de esta muestra, sino porque una feria es un motor de otras actividades como la hotelera y la hostelera. Por tanto, deseamos que se activen todas las medidas necesarias para que Feria Valencia vuelva a ser lo que era", señala a este diario José Vicente Morata, presidente de Cámara Valencia. 

A su juicio, las ferias "siguen siendo un modelo de éxito", aunque reconoce que su formato ha evolucionado. "Feria Valencia cuenta con unas magníficas instalaciones y tiene un gran potencial, pero debe conseguir volumen", remarca. Por ello, reclama a los gestores del recinto público que reaccionen ante la caída de actividad en el recinto ferial y busquen alternativas para conseguir atraer nuevo negocio.

"Tenemos suficientes atributos por ciudad y por recinto como para recuperar la actividad que tuvo en su día Feria Valencia", señala para insistir en la necesidad de poner en marcha una política de reactivación del espacio con nuevos programas y citas empresariales.

Según las cifras aportadas por Feria Valencia de 2023, las últimas aprobadas por su Consejo de istración, la institución cerró el ejercicio con pérdidas por valor de 1,4 millones de euros, un 40% menos que en 2023, y con una facturación de 22,7 millones de euros, de los que 19,63 millones correspondieron a ferias propias, 2,35 millones a actividad externa y el resto (algo más de 700.000 euros) a otros ingresos. Sin embargo, según señala su propio balance y destaca la Sindicatura de Comptes, la sociedad pública Fira València facturó 12,4 millones de euros y registró unas pérdidas de 14,64 millones, debidas en buena parte a las abultadas amortizaciones que tiene que contabilizar, que ascendieron a 12,4 millones, la misma cifra que la facturación.

Pero, además, el final de Cevisama supone la despedida de un formato que se ha mantenido durante 41 ediciones. La noticia de la integración de este certamen -que se venía celebrando en febrero- con Feria Hábitat Valencia en septiembre de 2026 ha convulsionado a las empresas del sector que, aunque podían intuir que su futuro estaba en riesgo por el descenso progresivo de empresas participantes (en esta última edición solo ocupaban ya dos pabellones) y la proliferación de eventos paralelos, lamentan el fin de una cita que era el escaparate internacional de la cerámica 'Made in Spain'.

Además, desde el empresariado cuestionan el nuevo formato enfocado en el canal 'contract' y, sobre todo, el mensaje de "debilidad" que se lanza en Europa, en los mercados internacionales y también frente a la feria italiana Cersaie.