Opinión

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PALABRAS LLANAS

El transfuguismo político: una traición al mandato democrático

Publicado: 06/06/2025 ·06:00
Actualizado: 06/06/2025 · 06:00
  • Pleno del Ayuntamiento de Almassora (imagen de archivo).
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Allá por los años 80 y 90 del siglo pasado, en muchos ayuntamientos el baile de concejales de unos grupos municipales a otros era preocupante. Los cambios de mayorías a causa de ediles que pese a haberse presentado bajo unas siglas, terminaban traicionando a sus compañeros y, lo que es más grave, a sus votantes, eran situaciones demasiado habituales.

Los distintos partidos políticos empezaron a ser conscientes de que esas prácticas desvirtuaban gravemente la representación democrática.

En febrero de 1998 se firmó el Pacto por la Estabilidad Institucional, más conocido como Pacto Antitransfuguismo.

Ese pacto era, más que una herramienta legal para evitar el transfuguismo, un compromiso ético de respetar la voluntad de los ciudadanos expresada en las urnas.

Hoy, 27 años después, vemos como en algunos casos, esa ética y ese compromiso con la democracia, brilla por su ausencia. Los hechos acaecidos hace pocas semanas en Almazora (Castellón), lo demuestran.

La alcaldesa de Almazora mantiene en el equipo de gobierno, con las delegaciones intactas, a dos concejales tránsfugas que han abandonado el grupo municipal de VOX, bajo cuyas siglas concurrieron a las elecciones municipales. Se da la circunstancia que el pacto que dio lugar a ese gobierno se firmó con el grupo municipal de VOX, no con esos dos concejales tránsfugas, que debían su acta de concejal al respaldo dado por el partido por el cual concurrieron a las elecciones.

El transfuguismo en política es de las formas más graves de corrupción moral. Una traición al votante, al programa electoral que se comprometieron a defender y a la esencia misma de la democracia representativa. Sin olvidar la falsa percepción por parte de los tránsfugas de que ellos son la esencia y el alma del proyecto. El ego tiene esas cosas.

  • María Tormo, la alcaldesa de Almassora.

No hay excusas que justifiquen tal felonía. Pero si grave es la traición y deslealtad de los tránsfugas hacia sus votantes, no lo es menos la traición y deslealtad hacia las instituciones de quienes les acogen en sus filas o los mantienen en un gobierno.

Esta estafa política ha de erradicarse de las instituciones y más concretamente en este caso, en el Ayuntamiento de Almazora.

En pocos días, se votará una moción presentada por la oposición, exigiendo a la alcaldesa que retire las delegaciones a los tránsfugas. Una moción que presumiblemente contará con el apoyo de la mayoría del pleno.

Mucho me temo que no sucederá, pero espero que la alcaldesa retire las delegaciones a los dos tránsfugas y los expulse del gobierno municipal.

De no ser así, yo preguntaría a la Señora alcaldesa: ¿Qué poderosas razones hacen que se les mantenga en el equipo de gobierno pese a tratarse de un incumplimiento del pacto antitransfuguismo que su partido, el Partido Popular, subscribió? 

¿Qué poderosas razones hacen que se les mantenga en el equipo de gobierno pese a existir, previsiblemente, en unos días, un mandato claro de la mayoría del pleno del ayuntamiento?

¿Qué poderosas razones justifican una deslealtad a la voluntad de la mayoría expresada en el pleno?

VOX defiende una forma de actuar basada en la lealtad a los principios, el cumplimiento de la palabra dada y la responsabilidad frente a los ciudadanos. Parece que otros no pueden decir lo mismo.

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