No deja de llamar mi atención el hecho de que, desde el PP, se denigre el concepto “ideología” para cuestionar las propuestas de la oposición, como si tener ideas y valores sobre las cuestiones humanas y sociales y las relaciones entre el Estado y el individuo, fuera algo contra natura. Y ello en una cámara parlamentaria donde estamos sentados precisamente en escaños repartidos en función de nuestros principios ideológicos, y no por nombres o apellidos. Se trata de un discurso partidista que pretende ocultar sus verdaderas intenciones en sus decisiones y como éstas afectan a la sociedad. En definitiva, un discurso que quiere ocultar su ideología.
Así, por ejemplo, el vicepresidente Gan Pampols se suma a estas actitudes y afirma, cuando habla sobre los políticos, que lleva mal ver ideología en ellos. Se trata del clásico de hacer política hablando mal de la política: un acto ideológico muy claro. Como todas las decisiones que adopta desde su Vicepresidencia, tales como privatizar el Plan de Reconstrucción en manos de una consultora, menospreciando a las Universidades valencianas, que cuentan con destacados expertos que sí conocen el territorio afectado, y ocultar quién está participando en su elaboración, a pesar de las múltiples veces que se lo he preguntado en sede parlamentaria. La opacidad también es un acto ideológico. Poner en manos privadas la gestión pública de los intereses colectivos, como es la recuperación de la zona castigada por la Dana, es una decisión sumamente ideológica.
De igual modo, Mazón llegó a afirmar que otorgar ayudas al estudiantado vulnerable como hacía el gobierno del Botànic era una “barbaridad ideológica”. Seguramente tenía razón al afirmar que ayudar a las personas vulnerables es ideología, pero no de la suya y obviamente no es ninguna barbaridad.
Con Vox ocurre algo similar, pues denigra de manera reiterada la ideología de izquierdas, si bien esconde su verdadera ideología totalitaria y su objetivo de beneficiar exclusivamente a la clase económica dominante, reduciendo la protección social a la mínima expresión.
Y, como parte de la ideología que nos gobierna, encontramos algo realmente peligroso que es el cuestionamiento de la ciencia. Ese que los llevó a desatender los avisos de alerta roja de la Aemet el 29 de octubre para irse de comida, de entrega de premios o a su casa, según el miembro del Consell por el que preguntes.

- Gan Pampols.
- Foto: KIKE TABERNER
Así, PP y Vox abrazan de manera interesada el negacionismo del cambio climático y, en todo caso, niegan que sea causado por la acción humana. Una postura interesada con la que pretenden obviar cualquier limitación a los intereses especulativos del territorio o costes empresariales derivados de la necesidad de adoptar medidas para hacer frente al cambio climático y de ese modo obtener beneficios a costa de hacernos más vulnerables a sus efectos.
De ahí que tanto la desprotección de l‘Horta valenciana como la Ley de Costas valenciana supongan acuerdos legislativos destinados a eliminar limitaciones a las ansias de construcción sobre terrenos protegidos por su valor ambiental, como las 3.800 hectáreas de huerta que dejan de estar protegidas y pasan a ser urbanizables o ampliar la construcción en zonas inundables. Esto es, medidas totalmente contrarias a las que reclama la ciencia para hacer frente a la situación climática.
Nada se está escuchando por el Consell a los expertos de nuestras universidades, que llevan años estudiando nuestro territorio y son buenos conocedores de las peculiaridades de esta cuenca mediterránea. Así pudimos verlo en la I Conferencia de Expertos sobre cambio climático y territorio en el Mediterráneo ibérico liderada por Joan Romero y Ana Camarasa, organizada por la Universidad de Valencia. En esta conferencia urgían a que no se reconstruyan las zonas inundables más afectadas por la Dana y recomendaron educar a la población ante el riesgo de inundaciones. Y esto entre otras muchas importantes conclusiones y recomendaciones muy alejadas de las decisiones que en forma de cambios legislativos están adoptando PP y Vox.
Las políticas de adaptación y mitigación del cambio climático son imprescindibles para mirar hacia el futuro con sensatez, de la mano de la ciencia, pues como dice Luigi Ferrajoli “la verdadera utopía es pensar que podemos seguir como hasta ahora”.
Ni siquiera las muertes de la Dana y sus terribles efectos han bastado para que se atienda a la ciencia y se deje de especular con nuestras vidas por un Consell que sigue con su hoja de ruta especuladora mostrando claramente cuál es su ideología.